El presidente, Guillermo Lasso, dice que el incremento de la droga se debe a los últimos gobiernos, en especial al de Rafael Correa.
Entre 10 y 15 años le tomaría al país recuperarse del impacto del narcotráfico y de la criminalidad, según el presidente, Guillermo Lasso.
«Que nadie crea que vamos solucionar esto en un mes o un año. Diría que ni siquiera vamos a terminar de arreglarlo en nuestro Gobierno. Lo que queremos es iniciar una política pública que ojalá se mantenga estable y, en un horizonte de 10 o 15 años, recuperarnos del problema», dijo en una entrevista con EFE.
‘Mal manejo de los otros gobiernos’
Con índices de homicidios sin precedentes en los últimos años, atribuyó el fenómeno al crecimiento, tanto del tráfico de drogas con destino a otros países, como al consumo nacional.
«Se conocía que Ecuador era utilizado como país de tránsito para las drogas que iban a EE.UU. y también a la Unión Europea. Lastimosamente, en los últimos 14 años Ecuador se convirtió también en un país de consumo que golpea a niños y jóvenes», afirmó el mandatario.
Y atribuyó la situación a «los dos gobiernos en los últimos 14 años» y, en particular, al de Rafael Correa (2007-2017), de quien dijo: «De manera deliberada le entregó parte del territorio ecuatoriano al narcotráfico».
Falta de oportunidades en los jóvenes influye
Para Lasso, este fenómeno se «ha unido a que no hay suficientes cupos en las universidades ni empleo» para los jóvenes, lo que genera que «parte de ellos se han incorporado al consumo de droga y son fichados por las bandas transnacionales».
El problema también se refleja en las recientes masacres en cárceles, donde solo este año han muerto más de 250 reos en ajustes de cuentas entre bandas.
«Hay que reconocer que el Estado no ha tenido control de las cárceles, y que tampoco tiene funcionarios ni la capacitación suficiente», reconoció Lasso, quien más allá de los 120 millones de dólares que ha destinado para radares en la Costa y mejorar el sistema penitenciario, cree que se requiere «una reforma legal».
Reforma que debería corregir el que las prisiones estén «bajo control de guías penitenciarios a los que se les prohíbe portar armas, máximo un tolete, frente a bandas de narcotraficantes con armas, explosivos e inclusive drones». EFE
Desde el jueves 28 de octubre de 2021 está operativo el radar que instaló la Fuerza Aérea en Montecristi para detectar avionetas destinadas al narcotráfico.