Captarlas se vuelve fácil en sociedades donde la brecha del trabajo digno y el salario son amplios. 228 mujeres murieron en 2021.
Julieta (nombre protegido) cumple cinco años de prisión por el delito de posesión, distribución y tenencia de drogas. En 2019 fue detenida durante un registro corporal al ingreso de una cárcel, en la sierra ecuatoriana.
No era la primera vez que Julieta se hacía pasar por visitante para ingresar droga y entregársela a quien ante las autoridades era su esposo, pero en realidad era amigo de la pareja de Julieta. “Un hombre con antecedentes penales que la reclutó y la amenazaba cuando ella quiso salir”, dice Andrea (nombre protegido), abogada de la mujer de 32 años.
Julieta es una de las 2.139 mujeres en el sistema penitenciario detenidas por tráfico de drogas. Ella representa el 16% de esta población que a escala nacional suma 13.200 personas.
Inequidad laboral
Vianca Gavilanes, abogada de Fundación Dignidad, dice que hay distintas razones por las que las mujeres son reclutadas por el narcotráfico. “Sus parejas ejercen violencia psicológica y las obligan a introducirse al mundo del microtráfico o de entrar a las cárceles y meter droga”.
Andrea Tene, socióloga, agrega que como con los jóvenes que son captados y formados como sicarios, en las sociedades más vulnerables e inequitativas es “más fácil abusar de la necesidad. Aún más en la pandemia donde las mujeres han sido las primeras en ser desvinculadas de sus trabajos”.
Según la última Encuesta Nacional Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu), para finales de 2021 solo el 24% de las mujeres que eran parte de la Población Económicamente Activa tenía un empleo adecuado y un 29% percibe ingresos inferiores al salario mínimo y trabaja menos de la jornada legal.
De víctimas a victimarias
Tene detalla que como en todas las organizaciones también se puede pasar de “víctima a victimaria” ya que existen organizaciones donde las mujeres se encargan de ser reclutadoras ya que “es más fácil ganarse la confianza de chicas cuando la que aborda es una mujer”.
El fenómeno abarca un sinnúmero de actividades en las que el narcotráfico contacta “a niñas y mujeres jóvenes y le hace ofrecimientos económicos. Y claro, luego se ven las consecuencias, porque como en toda estructura delictiva son la carne de cañón”.
A esto se lo ha llamado economía del tráfico que, según un artículo de investigación de Ana Cecilia Escalante y Claudia Palma, se ha instalado en las mujeres como una opción en un contexto de creciente desigualdad social, falta de oportunidades, de trabajo y estudio.
Muertes y ajustes de cuentas
En 2021 se registraron 2.500 muertes violentas, 229 fueron de mujeres. La abogada de Julieta dice que en mujeres con antecedentes por narcotráfico casi siempre se trata de “ajustes de cuentas” y que incluso “eso es lo se detalla en los primeros partes policiales”.
A las mujeres que son parte de estas estructuras, dice la abogada, se las inicia en el microtráfico, aunque también existen quienes nacen dentro de estos entornos “y lo que hacen es continuar con las actividades de sus padres, madres o hermanos”.
Pero esta, no es la única manera de captación. “Es muy sabido que en el sistema penitenciario hay coerción a las guías. A veces mediante pago o amenazas, entonces, también se involucran en el narcotráfico”. Como ejemplo de esto, está el caso de Carmen E., quien podría pasar hasta siete años en la cárcel, luego de intentar ingresar marihuana a la penitenciaría del Litoral donde trabajaba como agente.
Mujeres migrantes, un grupo vulnerable
Otro grupo vulnerable, menciona Tene, son las mujeres en situación de movilidad humana, a quienes se les adentra al mundo del narcotráfico y de la trata de personas. Las estadísticas recolectadas por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd), señalan que en el continente americano un poco más de un tercio de las personas condenadas por trata y tráfico son mujeres.
La Onudd ha recomendado que los gobiernos emprendan programas para la protección de mujeres migrantes y sus familias.
Mientras que, en contextos de crisis, los Estados deben precautelar que no exista deserción escolar desde una perspectiva de género. “Se identifica que hay una preferencia de los hijos hombres sobre las mujeres. Cuando hay que privilegiar o decidir quiénes van a estudiar en un contexto de crisis económica, generalmente, por la idea de que quienes van a generar recursos, son los hombres, entonces se los prioriza a ellos”, dice Anahí Almeida, asesora nacional de género de Plan Internacional Ecuador. (AVV)
El principal delito por el que las mujeres están en cárceles del Ecuador es el tráfico de drogas. Le siguen delitos vinculados al robo, asesinato, estafa, hurto, homicidio y violación 13.
“En el narcotráfico hay muchos grises. Las mujeres que son víctimas pueden ser victimarias al mismo tiempo”, Andrea Tene, socióloga.
Se calcula que al menos un 35% de las mujeres en las cárceles alrededor del mundo ingresan por algún delito relacionado con el narcotráfico.