Alrededor de 1,5 millones de litros de leche han sido botado ante la imposibilidad de comercializarlos; mientras millones de pollos están sin el alimento suficiente y no llegan a tiempo a los centros de faenamiento.
En más de 8 días de paro, el sector avícola ecuatoriano ya suma pérdidas de $14,8 millones. Según información de la Corporación Nacional de Avicultores del Ecuador (Conave), millones de pollos no han podido se trasladados a centros de faenamiento y mercados a nivel nacional. Además, tampoco se han podido comercializar 45 millones de huevos de mesas.
A todo ese panorama se suma el hecho de que existen alrededor de 14.000 toneladas de maíz inmovilizadas, las cuales no han llegado a las fábricas que producen balanceado para los animales. Ya la semana pasada saltaron alertas en Tungurahua y Santo Domingo sobre la muerte de pollos sin alimento suficiente y en camiones varados por los bloqueos de vías.
Solo en Tungurahua se registran 1,4 millones en pérdidas diarias y están en riesgo 14 millones de aves. Javier Corrales, presidente de la Unión de Productores de Huevos del Ecuador, puntualizó que esta situación pone en vías de desaparición a pequeñas y medianas productoras
Ya antes de las protestas, el sector avícola estaba enfrentando serios problemas por el aumento de los costos de producción por el encarecimiento del maíz, la soya, y el aceite de palma.
La industria lechera es otra golpeada por la violencia y los bloqueos
Por el lado del sector lechero, la situación también es crítica. Buena parte de la producción no ha podido salir de las haciendas ni la leche y ya se ha tenido que botar más de 1,5 millones de litros de leche. Desde la Cámara de Agricultura de la Primera Zona, se advierte que no hay una solución definitiva al conflicto, en pocos días se comenzará a sentir problemas de desabastecimiento en la distribución de leche y queso.
Al igual que la industria avícola, los productores lecheros también viene arrastrando problemas de aumento en los costos, los cuales se ha visto agravados por el poco acceso al crédito.
Con relación a los eventos suscitados en los últimos días a propósito del paro nacional impulsado por la Conaie, Vita Alimentos emitió un comunicado en donde asegura que su principal prioridad ha sido garantizar el abastecimiento de sus puntos de venta, para evitar la escasez de productos. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos, han enfrentado situaciones adversas que han generado un impacto considerable, no solo en las operaciones, sino también en los productores:
- Durante la primera semana del paro, se perdieron 300.000 litros de leche de pequeños y medianos productores de la provincia del Cotopaxi y del cantón Cayambe. Eso les representó un perjuicio económico de aproximadamente $170.000.
- El sábado 18 de junio, un grupo de manifestantes secuestró uno de los camiones con leche UHT, mismo que salió de Tulcán con dirección a Quito, y fue interceptado en la zona de Otavalo, a la altura del redondel González Suárez. El camión fue llevado a la comunidad de Chuchuquí, y según lo manifestado por los protestantes, no será devuelto hasta que el conflicto termine. La pérdida económica por este incidente asciende a $30.000.
- La planta en Tulcán tiene, al momento, siete contenedores cargados con leches y avenas larga vida, que no han podido salir para la entrega a los autoservicios de Quito y Guayaquil.
- Hace una semana se encuentra parado en Tabacundo un camión con materiales, empaques e insumos indispensables para la producción de la planta en Tulcán. Según Patricio Cerón, gerente de Vita Alimentos, es importante señalar que, si dichos materiales no se reciben este martes 21 de junio, “el día de mañana nos veremos en la obligación de dejar de recibir la leche de los ganaderos del Carchi, y por consecuencia, tendremos que cerrar la planta. En la eventualidad de que esto ocurra, el perjuicio a los ganaderos de esa zona será de $30.000 diarios.
- El día de hoy, la planta de Quito no pudo recolectar la producción de Machachi. Los distribuidores de la capital tienen muchas limitaciones para realizar su trabajo con normalidad, por lo que, de persistir este escenario, “estaríamos próximos a dejar de producir también en esta ciudad”.