El narco Norero intentó ser el Chapo ecuatoriano, igualando sus nexos y crueldad

Leandro Norero Metástasis
Leandro Norero antes de su muerte, en octubre del 2022. (Captura de video)

Leandro Norero era el nexo entre las bandas criminales más sanguinarias del país y, ahora también, con funcionarios corruptos, según la Fiscalía. La Policía lo tenía bien perfilado. Guillermo Lasso lo nombró en su libro. Conozca detalles.

Leandro Norero era el punto de unión de los peores criminales del Ecuador. Al menos de una parte significativa de estos grupos delincuenciales, que son los causantes de proteger las vías del tráfico de cocaína.

Esto es lo que se muestra en el informe Evaluación situacional del entorno estratégico del narcotráfico en Ecuador 2019-2022. Este documento, de 117 páginas, fue elaborado por la Dirección Antinarcóticos de la Policía, con apoyo internacional.

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Este narco tuvo la idea de ser el ‘Chapo’ ecuatoriano. Igualar a ese delincuente mexicano detenido en Estados Unidos del que se han hecho hasta series de televisión. Norero quería unir a las bandas criminales más sanguinarias del país. Intentó juntar a Lobos y Choneros, las organizaciones delictivas más numerosas del Ecuador.

Aunque los Choneros siguen su camino, según las últimas averiguaciones policiales, en el informe se detalla que con Norero sí se juntaron tres bandas: ChoneKiller, Tiguerones y Lobos. La trilogía nace, dice el documento, con el asesinato de alias JL o Rasquiña (diciembre del 2020) por una alianza entre varios subgrupos emancipados de los Choneros para facilitar “a los Grupos Organizados Transnacionales un servicio logístico: acopio, seguridad y salida de la droga”.

Este nuevo grupo, dicen los agentes, contaba con el financiamiento de Norero. Y los hizo fuertes en el país. En un párrafo se evidencia la crueldad de este grupo: “Su modus operandi se identifica por la utilización de prendas policiales, agentes de tránsito y falsificación de identidad de funcionarios de entidades públicas para poder insertarse en los territorios y eliminar a sus objetivos, mediante el empleo de violencia desmedida con armas largas de fuego”.

Y hay más. En el caso de los ChoneKillers, la Policía es clara en asegurar que son los principales responsables de la violencia y asesinatos en Durán, incluso descuartizamientos.

Los Tiguerones, vigentes desde 2017 y con presencia incluso en Quito, es una de las bandas más fuertes de Esmeraldas. La dominan. Todo por abrir paso a los narcos mexicanos.

Una de las particularidades de este grupo, según la Policía, es su gran capacidad de insertarse en instituciones estatales. “Los Tiguerones han logrado penetrarse en instituciones del Estado como el Consejo de la Judicatura, Fiscalía, Policía Nacional, FF.AA. y Gobiernos Autónomos Descentralizados. Su alcance se evidenció con un futbolista perteneciente al Barcelona Sporting Club a quien según las investigaciones el ciudadano en mención era quien recibía información para ordenar varios sicariatos”, señala el documento.

Chavarría W. G alias Pipo o Tuerto es el líder del tercer grupo que integra la trilogía en la que mandaba Norero, Los Lobos.

Con ellos el Estado cometió un serio error, según lo relata Antinarcóticos: “la separación de los lideres hizo que su actividad se regara a más provincias. Después de las masacres perpetradas, en los Centros de Privación de Libertad en los años 2021 y 2022, el Estado dispone separar a los miembros de esta organización y trasladarlos a los diferentes CPL a nivel nacional. Esta acción coadyuvó a la expansión de sus operaciones en las Subzonas Imbabura, Pichincha, Chimborazo, Los Ríos, Napo, Santo Domingo de los Tsáchilas, Santa Elena, El Oro, Azuay y Loja”.

Pipo habría muerto en marzo del 2021. Pero hay la creencia de que fingió su muerte. De hecho, su nombre todavía está en el listado de los narcos que son los blancos principales de los agentes de Inteligencia.  

La operación Despegar y lo que advirtieron Villavicencio y el expresidente Lasso

Una de las fechas clave, que también ha servido para el caso Metástasis, es el 25 de mayo de 2022. Ese día, la Unidad de Investigación Antidrogas (UIAN), ejecutó la operación Despegar, donde se desarticuló a una estructura conformada por ecuatorianos y colombianos. Ellos, según la Policía, utilizaron a su círculo familiar y empresas para blanquear unos $4 millones, dinero del narcotráfico.

En esa operación se detuvieron a siete personas, incluido Norero, 52 paquetes en fajos de 100 dólares americanos, 42 piezas tipo lingotes de oro, joyas y relojes de alto valor económico y seis armas de fuego.

En el libro del expresidente Guillermo Lasso, 900 días Democracia y Resultados, se menciona este operativo como uno de los emblemáticos y exitosos. En el texto, en la página 374, dice Norero tendría conexiones con el Cartel Jalisco Nueva Generación y «probables conexiones con organizaciones políticas ecuatorianas». Eso lo escribió el expresidente. Aunque no especifica cuáles.

Sin embargo, datos recopilados por este Diario a raíz de la operación Metástasis, los nexos serían los abogados que se servían para todos los lados: narcos, políticos, servidores judiciales y uniformados.    

Por ello, Metástasis no habría acabado el viernes con la audiencia de formulación de cargos. Vendrían más vinculaciones. Algunas, incluso se esperan en la Corte Nacional de Justicia, que golpeen en el centro de ese alto tribunal. Para eso ya se alistan.

El narco Norero falleció el 3 de octubre del 2022, luego de un motín en la cárcel de Cotopaxi. Pero hay funcionarios Judiciales y policiales que no creen que eso sucedió. Jamás vieron el informe del ADN de ese cuerpo, dijeron a este Diario.

Al día siguiente, el 4 de octubre, este Diario recogió las palabras del asesinado Fernando Villavicencio, siendo todavía asambleísta. Esto dijo sobre la muerte de Norero: “se conoce que hace pocos días se realizó la explotación del teléfono y se habrían encontrado contactos (de Norero) con varios líderes políticos”. (DLH)

  

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