Inversión privada será clave para construir Complejo Ambiental

DESECHOS. El relleno sanitario de INGA tiene 10 cubetos y en 10 meses se espera la construcción de otro.
DESECHOS. El relleno sanitario de INGA tiene 10 cubetos y en 10 meses se espera la construcción de otro.

El relleno sanitario del INGA no aguanta más. Por esto se planea construir un complejo ambiental. El objetivo es transformar los desechos en recursos aprovechables y energía.

El relleno sanitario de Quito, construido en 2003 con una vida útil estimada de 20 años, ha alcanzado su punto crítico, poniendo de manifiesto la urgente necesidad de revisar y mejorar la gestión de residuos en la ciudad.

A medida que la infraestructura llega al final de su ciclo de vida, crece la duda sobre la capacidad de la ciudad para manejar las 2.500 toneladas de basura que produce diariamente.

Actualmente, solo un 0.7% de esta basura se recicla. Ese trabajo lo realizan gestores ambientales que trabajan de manera independiente, en condiciones precarias y peligrosas.

Nuevo infraestructura

El concepto de un complejo ambiental ha sido propuesto por el alcalde de Quito, Pabel Muñoz. Este proyecto busca atraer inversiones privadas internacionales. Los ganadores del concurso se encargarán de financiar, construir y operar el nuevo complejo.

El concurso internacional nace por la necesidad de obtener aproximadamente $200 millones para la inversión. La administración municipal carece de los recursos financieros para llevarlo a cabo.

En el actual sistema tienen una economía lineal. Donde el tratamiento de residuos, que incluye generación (por parte de la población), recolección y disposición en rellenos sanitarios, está siendo replanteado.

El Complejo propone un cambio hacia un modelo circular, que comprende la “reutilización, reducción y reciclaje, transformando los desechos en recursos aprovechables y energía”, explicó Santiago Andrade, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs EP).

Además, dijo que, para la creación del nuevo complejo, se ha iniciado un proceso de expropiación en un área industrial cercana al Inga, que se espera se complete en septiembre u octubre de 2023.

A pesar de la gran escala de este proyecto, el Municipio espera poner en marcha el complejo ambiental en un plazo de 36 meses.

Plan de contingencia

Mientras se inicia la construcción del nuevo complejo, se han implementado medidas de contingencia para abordar la saturación actual del relleno sanitario.

Con el tiempo, los residuos depositados en los cubetos comienzan a hundirse a medida que se extrae el lixiviado. Aprovechando este fenómeno natural, se planea extender la utilidad de los cubetos existentes, permitiéndoles prestar un servicio continuo, a pesar de la limitación inicial.

Esta acción se realizará mientras se construye un nuevo cubeto y una piscina de lixiviados. Este proceso se estima que tomará 7 meses y albergará hasta 1.8 millones de toneladas de residuos, con una duración proyectada de 18 meses.

Sin embargo, esta iniciativa no está exenta de costos. El nuevo cubeto y la piscina tendrán una inversión de $5,2 millones.

Aunque ya se ha presentado el proyecto en el portal de contratación pública, la selección de una empresa para llevar a cabo la construcción aún no se ha concretado. Hasta este 8 de agosto,  realizaron sus propuestas ocho empresas. Cuando se designe un ganador, este tendrá hasta 10 meses para entregar la obra.

El concurso del nuevo ‘cubeto 11’ está en proceso, y se ha llegado a un acuerdo con la empresa Duragas para construir una nueva piscina de lixiviados en un espacio proporcionado por esta empresa mediante un contrato.

 Energía alternativa

Hay diferentes formas de crear energías a base de residuos. Para el nuevo complejo ambiental, en las centrales de transferencia sur y norte se pondrán bandas de separación de plásticos, cartón y materia orgánica.

Al realizar la separación se transporta al complejo ambiental. Ahí existirá otra planta de separación en la que se realizará dos trabajos:

1 Instalación de compostaje: una planta de compostaje tratará la materia orgánica, produciendo compost de alta calidad para su aplicación en parques, jardines e incluso para la venta comercial. Este enfoque innovador tiene como objetivo mejorar la calidad del suelo y generar fuentes de ingresos alternativas.

2 Proceso de Valorización Energética: se explorarán métodos de generación de energía a partir de residuos, incluyendo gas sintético, incineración y metanización. Los inversores privados jugarán un papel fundamental en este aspecto, transformando los residuos en energía que se puede vender a la red nacional, asegurando así un retorno de su inversión.

Esta compostera industrial no está exenta de críticas. Se ha demostrado que las composteras a gran escala tienen dificultades para separar adecuadamente los desechos.

Como alternativa, se sugiere la implementación de composteras barriales, como el exitoso ejemplo de la Fundación Aluna en el parque La Carolina. La creación de compost no solo evitará malos olores, sino que también podría convertirse en una fuente de ingresos y empleo. Un camión de compost genera alrededor de $500, lo que no solo beneficia la economía, sino que también contribuye a la fertilización de los suelos locales”, explica Andrés Campaña, concejal de Quito. (EC)

En el nuevo complejo se incorporarán a la planta los 350 recicladores, con los que ya trabajan de manera independiente.
$200 millones es la prospección de costo del complejo ambiental.
$4,2 millones  se invertirán en el plan de contingencia.