Desde la segunda semana de abril la lluvia en Ecuador será más fuerte

La falta de políticas sobre cómo separar la basura desde los hogares o el tratamiento de aguas residuales también impacta en los temporales
La falta de políticas sobre cómo separar la basura desde los hogares o el tratamiento de aguas residuales también impacta en los temporales

El Comité Nacional Erfen señala que el desarrollo de las precipitaciones en la Sierra y la Amazonía es propio de este período. Los pronósticos indican un aumento en la intensidad de las lluvias en gran parte del país a partir del 15 de abril.

Cuidado con perder su paraguas porque lo va a necesitar. Las lluvias en Ecuador serán más intensas desde el 15 de abril de 2024, según informó el Comité Nacional del Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Erfen).

Además, del 8 al 11 de abril se registrará un estado de mar entre moderado y agitado, siendo de mayor intensidad en Galápagos.

La institución que monitorea la evolución del fenómeno de El Niño señala que el desarrollo de las precipitaciones en la Sierra y la Amazonía es propio de este período, mientras que en la Costa el nivel es menor.

El Comité Nacional señaló que el fenómeno de El Niño pasó de ‘activo’ a estado de  ‘observación’.

Cada año lloverá más

No es coincidencia que en Ecuador llueva más de lo habitual. En 2023 hubo cerca de 50 muertos a causa de las lluvias en el país.

Además se registraron 163 inundaciones, cerca de 900 deslizamientos de tierra, 221 colapsos de estructuras, 147 socavones, 146 vendavales, 55 aluviones y 30 hundimientos.

En 2024, las precipitaciones provocaron un nuevo aluvión en La Gasca y La Comuna (Quito). Hubo un muerto. Ocurrió dos años después del aluvión que sacudió al mismo sector y dejó una veintena de fallecidos.

Esta situación empeorará cada año, no solo por la falta de políticas con enfoque de prevención y gestión de riesgos, sino por el comportamiento de quienes minimizan el impacto de sus acciones sobre el ambiente.

 Más calentamiento

Los datos del Ministerio del Ambiente detallan que entre 1960 y 2010 la temperatura en Ecuador aumentó un grado Celsius.

 Mientras, en el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) se prevé que entre 2040 y 2070 haya un aumento de 2,7 grados Celsius en la temperatura promedio.

Las proyecciones del cambio climático en Ecuador –señalan los expertos de Inamhi– son alarmantes, ya que con el aumento de un grado en la temperatura promedio se han registrado precipitaciones de 75 milímetros por metro cuadrado, cuando el promedio normal es de dos milímetros.

El agua que ha caído en La Gasca, en los últimos dos aluviones, según los técnicos, equivaldría a lo que debió registrarse en todo un mes.

Panorama negativo

Solo con el aumento de 1,5 grados centígrados en la temperatura, la población mundial vivirá efectos devastadores, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que presentó un informe el 9 de agosto de 2021, con simulaciones climáticas globales y regionales.

Los expertos advierten que este aumento en el calentamiento de la atmósfera provocará más incendios forestales, inundaciones de grados más altos y largos inviernos con temperaturas extremadamente bajas.  Estos procesos naturales generarán escasez de agua y alimentos.

El mayor problema en Ecuador es que ninguna ciudad tiene un plan a largo plazo para prevenir o actuar frente a esta problemática. Eso ha quedado demostrado en Pichincha, Guayas, Cotopaxi, Esmeraldas y Los Ríos, donde la época invernal ha provocado graves daños.

Prevención y respuesta

Si bien las autoridades son responsables de generar políticas con enfoque de gestión  de riesgos, no se puede negar que el cambio climático es responsabilidad de todos. El mal manejo de residuos sólidos, la no clasificación de la basura desde los hogares (un tarea pendiente en Quito), el uso sin control de plásticos de un solo uso (que se potenció en pandemia), el mal manejo de aguas residuales y más.

Cristopher Velasco, presidente de la Asociación de Profesionales en Gestión de Riesgos del Ecuador, detalla que hay acciones a corto plazo que pueden remediar problemas como los de las quebradas y servirían para precautelar que un desastre como el último aluvión en La Gasca se repita.

Velasco explica que se debe trabajar en muros de contención, trampas de lodo y cunetas para garantizar el desfogue de la lluvia.

Generar acciones de limpieza constante de quebradas, ampliar las declaratorias de zonas protegidas y evitar los asentamientos irregulares son otras de sus recomendaciones.

Para Velasco, es labor de los gobiernos seccionales proteger las laderas y quebradas que son drenajes naturales. Explica que si estas zonas se rellenan, como pasa en Quito, se pierde su capacidad de captación y desfogue de agua. Otro cuestionamiento  que hace es que en la capital, como en otras ciudades, cada año se presenta un plan de lluvias, cuando se debería estructurar y ejecutar “un proyecto a largo plazo”. (AVV)

¿Quieres recibir las noticias más importantes? ¡Suscríbete sin costo, recíbelas por WhatsApp! Da clic aquí