Mucha teoría y poca práctica

Ningún ciudadano decente puede sentirse tranquilo y vivir en paz cuando semana tras semanas se le informa de un número creciente de abusos sexuales en las escuelas y colegios. Los casos se reportan desde toda la geografía nacional e incluso de instituciones en las que se solía depositar toda la confianza de las familias.

Son niñas, niños y adolescentes. Se han denunciado y formalizado denuncias de 2.673 casos entrelazados con la violencia física y la psicológica. Mal llamados docentes son el blanco de las denuncias. A tanto cúmulo de vergüenza, afrenta y escarnio social se añade el silencio cómplice de muchos padres.

Algunos temen a las represalias por parte de las unidades educativas. Se habla, por si todo esto fuera poco de que el 10% de los estudiantes entre 11 y 18 han sido víctimas de ciberacoso. Se alerta sobre el hecho abrumador de que el suicidio es la primera causa de muerte en adolescentes. Se afirma que por cada 100 mil 10 mueren por suicidio.

Las penas de cárcel podrían incrementarse, los fiscales ahondar más en los casos y los jueces ser más rigurosos en la aplicación de la Ley. Desempeñan un importante papel los ministerios de Educación, Justicia y Salud, la Fiscalía, las cortes y la Asamblea Nacional con normas y controles más restrictivos e intolerantes.

¿Y la familia? Este es un frente al que hay que apoyar, asesorar y dar asistencia terapéutica, porque las familias son uno de los primeros escenarios donde se desencadena el letal fenómeno. ¿Cómo evitar eficazmente esta tragedia? En cuanto a soluciones, es mucha la teoría y poca la práctica.

«Muchos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia”.

Bertolt Brecht
Dramaturgo y poeta alemán
(1898-1956)

«Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá”.

Horacio
Poeta latino (65 AC-8 AC)