‘Hacia un nuevo modelo educativo’

Mayra Aguirre Robayo

El libro de Leonardo Izurieta y Gabriel Pazmiño resalta las experiencias de la Red Nacional de Colegios que la Universidad Andina Simón Bolívar formó y coordinó con la Red Nacional de Colegios para la aplicación de la Reforma Curricular del Bachillerato (1998), comparando con el ajuste curricular del Bachillerato General Unificado oficializado en el 2016.

La modernización del gobierno de la revolución ciudadana adoptó el vocabulario del modelo de gestión clásico con visión burocrática de gobiernos nacionales presidencialistas, coercitivos sin un estilo dinámico con las nuevas tecnologías.

El estudio marca compromisos con la educación como derecho de todas las personas y deber ineludible e inexcusable del Estado que es parte del buen vivir constitucional. Desde lo sistémico y lo filosófico integra lo biológico, psicológico que apoye al diálogo consigo mismos con el desarrollo mental y las exigencias sociales de vida y trabajo.

El Ministerio de Educación debe ofertar educación sin discriminación y con libertad basada en la filosofía de Paulo Freire sin la injerencia de un poder central y doctrinario.

El nuevo modelo educativo demanda, en el siglo XXI, a las organizaciones educativas una integración creativa a la cultura local y mundial afectada por la destrucción acelerada del medio ambiente que pone en peligro a vida humana; a la globalización económica que abre fronteras y somete a las empresas nacionales con apertura de mercados competitivos; a la explosión geométrica de los conocimientos científicos que conllevan a renovaciones de planes educativos y competencias profesionales por el aparecimientos de grupos etarios y un sistema de valores por construir.

Gabriel Pazmiño acentúa la necesidad de entender que la educación es un derecho fundamental de las personas y que tiene un carácter histórico de los diferentes países. El gasto educativo debería ser considerado como una inversión de primer orden. Ha sido todo lo contrario, los recortes presupuestarios han recaído en la educación afectando los salarios, la infraestructura y la calidad educativa.

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