Genocidio

Rodrigo Santillán Peralbo

En 1960, Estados Unidos impuso el embargo comercial, económico y financiero contra Cuba, que lo mantiene con total prepotencia por sobre resoluciones de la ONU emitidas desde hace 27 años. Es conocido como bloqueo genocida porque han muerto niños, hombres, mujeres, adultos por falta de medicinas impedidas de llegar a la Isla. Ese bloqueo es el más prolongado de la historia, y hoy se ha endurecido debido a las políticas de Donald Trump que, como miembro de la extrema derecha facistoide, también ha resucitado la doctrina “América para los americanos”, dictada por Monroe en 1823, con la que convirtió a América Latina en el “patio trasero del imperio” con el Ecuador de estos días, entre los primeros lugares.

El genocidio se amplía a Venezuela. Obama en 2015 decretó que la patria de Bolívar era una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Con Trump y sus halcones como Bolton o Pompeo prepara una guerra contra Venezuela con la participación de Colombia y Brasil, para sacar del poder a Nicolás Maduro. Las sanciones económicas, la confiscación de oro y depósitos en los bancos por más de 20 mil millones de dólares, la prohibición de comercializar el petróleo, ha producido una espantosa crisis económica. Trump anuncia que sus buques de guerra y aviones de combate no dejarán pasar ningún navío a Venezuela.

Niños y adultos venezolanos han muerto por este nuevo bloqueo genocida. La Corte Penal Internacional juzga genocidios, crímenes de guerra, lesa humanidad, ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada de personas, torturas, tratos crueles y degradantes. ¿Quién sienta en el banquillo de los acusados al imperio que ha cometido todo tipo de crímenes a lo largo y ancho del mundo, si ya ha sancionado a la fiscal de la CPI creada por la ONU con el Estatuto de Roma?

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