Éxodo en tiempos de revolución 

Karla Jaramillo Puertas

Que el éxodo de los venezolanos es lamentable y que nos afecta como ecuatorianos, es verdad. Nadie puede negar el drama humano que hay detrás de las familias desintegradas a la fuerza por buscar días mejores. Tampoco podemos ocultar las peripecias vividas al transitar de un país a otro para empezar de cero en un terruño ajeno.

Miles de historias que las vivimos a diario por la cercanía y porque son transmitidas por medios de comunicación. Tal vez, ahí radique la gran diferencia con el éxodo cubano.

Cuba es un país con alto índice de exiliados, especialmente hacia los Estados Unidos por la recientemente derogada Ley denominada “pies mojados, pies secos”. Pero hace 60 años que empezó el régimen castrista no se contaba con el avance tecnológico ni la difusión masiva de la cotidianidad que vivían los isleños.

Quizá la noticia más transmitida en su momento (noviembre de 1999) y la que permitió visibilizarlos fue la del “balserito” Elián González. Un niño de apenas cinco años fue encontrado en altamar, junto con tres compatriotas luego de que la balsa donde intentaban huir fue destruida por la tormenta. Ahí murieron diez personas incluida la madre del pequeño… Y es que la única manera de salir de Cuba es por mar o cielo. Huir en balsa era su única opción.

Aquí vale referirnos a sus personajes. Desde que inició la Revolución Cubana en enero de 1959, su líder emblemático fue Fidel Castro continuó su hermano Raúl. En Venezuela inició con Hugo Chávez y ahora la preside Nicolás Maduro, aunque este último período desconocido por varios países y los propios venezolanos.

Es decir que mientras en Cuba su revolución cumplió 60 años en Venezuela van por los 20. Por suerte en Ecuador la “revolución ciudadana” sólo duró 10 años, con un solo líder caso contrario, relatos como los de cubanos y venezolanos estaríamos viviendo. (O)

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