En defensa del bien común

Poco a poco se perciben vientos de cambio en la manera de operar el gobierno de Lenín Moreno. Muchos observadores consideran que se trata de cambiar para que siga igual. Sin embargo, otros consideramos que, de no hacerlo, esa gran casa que nos cobija a todos, este país con una historia tan accidentada, se iría a pique. Ni siquiera lo que permanece ha de sustraerse por completo a algún tipo de transformación.

No es menester que todo sea reemplazado de un día para otro. Unos quieren que ciertas cosas se hagan a su modo mientras otros, estando de acuerdo con los cambios que se operan, desean que sean más radicales y a mayor velocidad. Todos estamos en el derecho de asentir o discrepar de cuánto se hace y cómo se hace. Por primera vez desde el Palacio de Gobierno no se nos insulta, amenaza y persigue.

Eso ya es un cambio. Pero hay que sujetarse en el viejo principio de la búsqueda y defensa del bien común. Ciertos sectores empresariales aplauden, por ejemplo, que se les aligeren los aportes al IESS y que los haga, en su lugar, el Estado. ¿Acaso el Estado no somos todos los ecuatorianos? ¿Piensan que el Estado se sostiene con otros ingresos distintos a los impuestos que todos pagamos?

¿Por qué cambiar para complacer a unos en perjuicio de otros? En tiempos de agitación o de tribulación conviene poner en primer plano la cautela y la prevención. Hay que cambiar todo aquello que en la década pasada imposibilitó hablar del bien común material y espiritualmente. Hay a quien en ese tiempo se llenó los bolsillos y aún quiere seguir haciéndolo. Hay quien quiere volver a “pescar en río revuelto”.

Frases

Ninguna sociedad puede prosperar y ser feliz si en ella la mayor parte de los miembros es pobre y desdichada”.

Adam Smith
Economista escocés (1723-1790)

Curioso el afecto de un hombre por el objeto que manipula”.

Joris-Karl Huysmans
Escritor francés (1848-1907)