El poder del voto

Cada cuatro años los políticos y sus partidos salen a las calles, van a las plazas, de casa en casa, al transporte, reparten abrazos y promesas, llenan las paredes con sus imágenes, acuden a los medios de comunicación y hacen cualquier tipo de maniobra para arrancárselo de las manos al ciudadano. Quieren su voto, el de cada uno, el de una comunidad de la que antes no tenían noticia o de los barrios que jamás visitaron.

La Constitución le da esta defensa: “Art. 105.- Las personas en goce de los derechos políticos podrán revocar el mandato a las autoridades de elección popular. La solicitud de revocatoria del mandato podrá presentarse una vez cumplido el primero y antes del último año del periodo para el que fue electa la autoridad cuestionada”.

Los ciudadanos tenemos derecho, mediante este instrumento, a darle con la puerta en la cara a los prepotentes, engreídos, populistas, fanfarrones, hipócritas, demagogos y charlatanes de todo tipo que creen ser dueños del poder y de las personas. A los que no gobiernan para los individuos, sino para una masa dócil a la que pueden engañar limpiamente cada vez que tiene que acudir a las urnas.

En Loja alguien leyó el artículo de referencia y lo aplicó. El 70.85 % de los votantes, es decir, 95.212 ciudadanos decidieron con su voto deponer a su Alcalde. Sus razones tendrían, mas todos los ecuatorianos recibimos una importante lección: nuestro voto es un arma para defendernos, para poner a cada político en el lugar que se merece su mala actuación. Para que las armas funcionen bien hay que cuidarlas. Así sucede con el voto.


Claro que hay que romper las barreras, pero ¿con qué ariete?”. Rosa Chacel Escritora española (1898-1994)

Los buscadores de oro cavan mucho y hallan poco”. Heráclito de Efeso Filósofo griego (540 AC-470 AC)