El plan

Rodrigo Santillán Peralbo

En medio del dolor que causa el secuestro de dos colegas y del conductor del vehículo no solo a sus familias sino a la mayoría de la población nacional que ha expresado su solidaridad y repudio al inhumano y monstruoso hecho criminal; el gobierno del presidente Moreno presentó el Plan Económico, que es una serie de enunciados que satisfacen al sector empresarial y a sus derechas económicas y políticas.

Cierto que no hubo el clásico paquetazo, pero será el pueblo el que pague los costos de los nuevos aranceles, y al final el país perderá con la aplicación de un cierto neoliberalismo y la continuidad de parte de la herencia correísta que dejó un Ecuador en quiebra con un amargo presente y un futuro incierto.

En verdad que el país necesita de nuevas y poderosas inversiones, pero los administradores del Estado deberían tener presente que por cada dólar que entra al país, el inversionista se lleva por lo menos tres y al final el pueblo se queda sin recursos como es el caso de los hidrocarburos y de la explotación minera. Es indispensable dictar normas precisas para evitar el empobrecimiento y la llegada de “capitales golondrina”.

En el Plan hay cosas graves como el proyecto de perdonar multas e intereses a los que no pagan impuestos y tampoco al IESS. Ese proyecto es incentivar la corrupción privada que, según especialistas, ocasiona perjuicios superiores a los cuatro mil millones de dólares. Esos deudores no merecen perdón y peor olvido.

Se dice que se va reducir el tamaño del Estado, pero en esta crisis de falta de empleo ¿a dónde van a ir a parar los trabajadores cesados? ¿Aumentará el desempleo y con ello la disminución del consumo? ¿Flexibilización laboral? Más pobreza y mayores desigualdades sociales y económicas podría ser el resultado del Plan.

[email protected]