TLC: una mecha que podría activar

Quito

Cientos de campesinos llegan hoy a Quito para manifestarse en contra del Tratado de Libre Comercio (TLC) que Ecuador negocia con Estados Unidos y que podría desencadenar en los próximos días una «explosión social».

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) convocó una movilización nacional contra el TLC y prevé la llegada hoy a la capital de cientos de campesinos para exigir al Gobierno que ponga fin a las negociaciones con EEUU.

La protesta también se dirigirá contra el Congreso, que es el organismo que, en última instancia, deberá aprobar o rechazar el tratado comercial.

La Conaie exige que el Gobierno convoque un plebiscito para que la población decida si acepta o no el TLC, pues según algunos sondeos de opinión, más del 70 por ciento rechaza el documento por considerar que sólo beneficiará a EEUU.

El vicepresidente de la Conaie, Santiago de la Cruz, indicó a EFE que las delegaciones de indígenas llegarán desde todas las regiones del país, y mostró su temor a que el Gobierno ordene a la fuerza pública que impida la entrada de los campesinos en la capital.

De la Cruz dijo que la Policía ya trató de obstaculizar la llegada a Quito de algunos autobuses que trasladaban a los manifestantes desde algunas zonas campesinas del norte, pero que aún así decenas de indígenas «ya llegaron a la ciudad».

«Muchos compañeros indígenas de la Amazonía iniciaron el pasado sábado una marcha que piensa llegar a Quito en los próximos días, recorriendo varias regiones que se han sumado a la protesta», agregó el líder de la Conaie.

«Creemos que no debería haber represión por parte del Gobierno, pues es una acción pacífica legítima del pueblo ecuatoriano contra el TLC, porque va a perjudicar a los más pobres de Ecuador, sobre todo al sector agrícola», añadió De la Cruz.

Sin embargo, afirmó que lo que ocurra en el país depende de lo que haga el Gobierno nacional. «El presidente de la República está advertido y él será el responsable de la integridad física de todos los que participamos en esta lucha», insistió el dirigente indígena.

La protesta comenzó en la provincia de Cotopaxi, en el centro andino de Ecuador, donde los campesinos han bloqueado varias carreteras, y se extendió rápidamente a las jurisdicciones de Tungurahua, Carchi, Imbabura, Pichincha, Chimborazo, Cañar, Loja y Zamora.

De la Cruz señaló que en los próximos días la movilización se extenderá a la Amazonía y a la costa, donde las asociaciones de productores agrícolas han expresado que se sumarán a la protesta.

La única forma de terminar con las manifestaciones sería «si el Gobierno ordena al equipo negociador de Ecuador, que no acuda a la próxima ronda» de negociaciones del TLC, que comenzará el próximo 23 de marzo en Washington, agregó el dirigente indígena.

«Vemos que el Gobierno no está dispuesto a aceptar la posición del pueblo ecuatoriano, que en su mayoría rechaza el TLC, y por eso creemos que esta lucha se extenderá indefinidamente», indicó.

De la Cruz tildó de «traidor» al presidente Alfredo Palacio, y dijo que el jefe del Estado ha dado muestras de «someterse» a las imposiciones de EEUU.

Recordó que, además del TLC, la protesta indígena también tiene el objetivo de exigir al Gobierno la anulación del contrato con la compañía petrolera Occidental (Oxy), acusada por la Procuraduría del Estado de violar un convenio bilateral para la extracción de crudo en la Amazonía.

Según De la Cruz, el Ejecutivo quiere renegociar el contrato con Oxy y firmar el TLC, con lo que se confirmaría que Palacio «gobierna para los intereses de Estados Unidos».

El Gobierno, por su parte, no ha dudado en afirmar que la protesta indígena tiene «tintes políticos», aunque también ha dejado abierta la posibilidad de iniciar un proceso de diálogo con los líderes de la movilización.

El viceministro de Gobierno (Interior), Felipe de la Vega, indicó que la movilización de la Conaie obedece a una «posición política electoral y partidista», pues supone que el Movimiento Pachakutik, que es el brazo político de esa organización social, busca sumar adhesión a su participación en la carrera a los comicios generales del próximo 15 de octubre.

EFE