Sismo de magnitud 3,5 grados en Morona Santiago

Foto: Instituto Geofísico
Foto: Instituto Geofísico

Quito, EFE

Un sismo de 3,5 grados en la escala abierta de Richter se registró este viernes en la Amazonía de Ecuador, con epicentro cerca de la frontera con Perú, sin que hasta el momento se haya informado de víctimas o daños materiales.

Según el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, el sismo ocurrió a las 03:55 a 3 grados de latitud sur y a 78,02 grados de longitud oeste.

De acuerdo a la fuente, el temblor ocurrió a una profundidad de 10 kilómetros y a 70,42 kilómetros de la localidad de Gualaquiza, en la provincia de Morona Santiago.

El sismo de hoy se sumó a una decena de temblores sentidos por la población esta semana en Ecuador. El jueves ocurrió uno de 3,75 frente a las costas de la provincia de Manabí.

El temblor del jueves en Manabí se sumó a otro registrado el miércoles en esa provincia, de magnitud 3,6 en la escala abierta de Richter, a una profundidad de 3,03 kilómetros y a 5,13 kilómetros de la ciudad de Jipijapa.

El sismo del jueves ocurrió, además, luego de nueve sentidos el martes en las provincias andinas de Tungurahua, donde hubo dos de magnitud 3 cada uno, y en Pichincha, cuya capital es Quito, donde se sintieron levemente siete, de magnitudes entre 2,1 y 2,8 en la escala de Richter.

No obstante, el Instituto Geofísico señaló que, en total, en Pichincha se registraron el martes cerca de 18 temblores, pero no todos fueron sentidos por la población.

Expertos en sismología atribuyeron a la falla que atraviesa Quito el enjambre sísmico registrado el martes en la capital, que despertó las alertas entre la población ante el temor de que pudiese estar relacionado con el volcán Pichincha.

«No podemos afirmar que el enjambre de sismos esté relacionado con el volcán», dijo la directora del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, Silvana Hidalgo.

La experta explicó que «el sistema de fallas de Quito y el volcán están muy cerca y pueden interactuar», pero que dado que en ese momento no había cambios en la actividad del volcán, la situación apuntaba a una actividad propia de la falla geológica quiteña.

«Para probar que se debe a presiones internas del volcán se necesita más tiempo», puntualizó al recordar los distintos enjambres sísmicos que se han registrado en las últimas dos décadas.