Los salasakas no dejan de compartir con sus difuntos

costumbre. Las familias se reúnen alrededor de las tumbas.
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costumbre. Las familias se reúnen alrededor de las tumbas.
costumbre. Las familias se reúnen alrededor de las tumbas.

Comida, ropa y rituales forman parte de la celebración dentro de la comunidad.

Redacción TUNGURAHUA

El Día de los Difuntos es una de las fechas más importantes para el pueblo Salasaka, ubicado en Tungurahua.

Se reúnen las familias alrededor de las tumbas de sus seres queridos, incluso, quienes se encuentran fuera del país tratan de llegar para esta época.
Los preparativos inician un año antes con el proceso de hilaje de la lana de oveja.

Esta es utilizada para el tejido de una bayeta, en el caso de las mujeres, y un poncho para los hombres.

La vestimenta es trascendental en estos días, pues los salasakas quieren presentarse impecables y luciendo sus mejores prendas.

Las mujeres estrenarán blusa, fajas, bayetas, anaco y sombrero. Los varones usarán pantalones blancos con bordados en las vastas, en algunos casos. (AVI)

Preparación de los alimentos

° Uno de los elementos centrales de esta fecha son los alimentos, pues hasta con cuatro días de anticipación las familias se reúnen a elaborar el pan, y ocho días antes a cocinar la colada morada para ponerla a fermentar en un pondo. Esta debe contener sangoracha, una planta que crece en los terrenos del lugar y que le da sabor y color.

El día previo a la celebración se pelan cuyes, gallinas y conejos, acompañados con papas cosechadas del sector. Además ‘mote casado’ (mezclado con arveja), y habas o porotos.

La cocción depende de cada familia, pues algunas preparan sus alimentos durante toda la noche del primero y la madrugada del 2 de noviembre, y otras unas horas antes de ir al cementerio.

El día de la conmemoración, las personas llegan desde muy temprano y, en muchos casos, se retiran en la noche, luego de conversar y comer alrededor de las tumbas de sus difuntos.

Tradición

° Alberto Masaquiza pertenece al pueblo Salasaka, es artista plástico y coordinador del museo de la Casa de la Cultura de Tungurahua. Cuenta que la costumbre de visitar los camposantos depende de la familia y de sus horarios, pues algunos deben ir a otras tumbas.

“Hay otras fiestas, pero no son tan importantes. El 2 de noviembre es un evento especial, porque los familiares nos reunimos para conversar. Si en algún instante tuvimos una discusión, es el tiempo para aclararnos antes de la comida”, aduce. En algunas ocasiones se puede ver que extranjeros, mestizos o completos extraños son parte de las reuniones alrededor de la tumba. “Todos los que están en el cementerio son parte de Salasaka, nosotros lo consideramos así, pues en algún momento todos estaremos bajo tierra”, dice. Asegura que, desde su perspectiva, la transmisión de estos saberes y rituales son parte de las nuevas generaciones, igual que sus padres, llegan hasta el camposanto vestidos con la indumentaria del pueblo para compartir con la comunidad.

Comida, ropa y rituales forman parte de la celebración dentro de la comunidad.

Redacción TUNGURAHUA

El Día de los Difuntos es una de las fechas más importantes para el pueblo Salasaka, ubicado en Tungurahua.

Se reúnen las familias alrededor de las tumbas de sus seres queridos, incluso, quienes se encuentran fuera del país tratan de llegar para esta época.
Los preparativos inician un año antes con el proceso de hilaje de la lana de oveja.

Esta es utilizada para el tejido de una bayeta, en el caso de las mujeres, y un poncho para los hombres.

La vestimenta es trascendental en estos días, pues los salasakas quieren presentarse impecables y luciendo sus mejores prendas.

Las mujeres estrenarán blusa, fajas, bayetas, anaco y sombrero. Los varones usarán pantalones blancos con bordados en las vastas, en algunos casos. (AVI)

Preparación de los alimentos

° Uno de los elementos centrales de esta fecha son los alimentos, pues hasta con cuatro días de anticipación las familias se reúnen a elaborar el pan, y ocho días antes a cocinar la colada morada para ponerla a fermentar en un pondo. Esta debe contener sangoracha, una planta que crece en los terrenos del lugar y que le da sabor y color.

El día previo a la celebración se pelan cuyes, gallinas y conejos, acompañados con papas cosechadas del sector. Además ‘mote casado’ (mezclado con arveja), y habas o porotos.

La cocción depende de cada familia, pues algunas preparan sus alimentos durante toda la noche del primero y la madrugada del 2 de noviembre, y otras unas horas antes de ir al cementerio.

El día de la conmemoración, las personas llegan desde muy temprano y, en muchos casos, se retiran en la noche, luego de conversar y comer alrededor de las tumbas de sus difuntos.

Tradición

° Alberto Masaquiza pertenece al pueblo Salasaka, es artista plástico y coordinador del museo de la Casa de la Cultura de Tungurahua. Cuenta que la costumbre de visitar los camposantos depende de la familia y de sus horarios, pues algunos deben ir a otras tumbas.

“Hay otras fiestas, pero no son tan importantes. El 2 de noviembre es un evento especial, porque los familiares nos reunimos para conversar. Si en algún instante tuvimos una discusión, es el tiempo para aclararnos antes de la comida”, aduce. En algunas ocasiones se puede ver que extranjeros, mestizos o completos extraños son parte de las reuniones alrededor de la tumba. “Todos los que están en el cementerio son parte de Salasaka, nosotros lo consideramos así, pues en algún momento todos estaremos bajo tierra”, dice. Asegura que, desde su perspectiva, la transmisión de estos saberes y rituales son parte de las nuevas generaciones, igual que sus padres, llegan hasta el camposanto vestidos con la indumentaria del pueblo para compartir con la comunidad.

Comida, ropa y rituales forman parte de la celebración dentro de la comunidad.

Redacción TUNGURAHUA

El Día de los Difuntos es una de las fechas más importantes para el pueblo Salasaka, ubicado en Tungurahua.

Se reúnen las familias alrededor de las tumbas de sus seres queridos, incluso, quienes se encuentran fuera del país tratan de llegar para esta época.
Los preparativos inician un año antes con el proceso de hilaje de la lana de oveja.

Esta es utilizada para el tejido de una bayeta, en el caso de las mujeres, y un poncho para los hombres.

La vestimenta es trascendental en estos días, pues los salasakas quieren presentarse impecables y luciendo sus mejores prendas.

Las mujeres estrenarán blusa, fajas, bayetas, anaco y sombrero. Los varones usarán pantalones blancos con bordados en las vastas, en algunos casos. (AVI)

Preparación de los alimentos

° Uno de los elementos centrales de esta fecha son los alimentos, pues hasta con cuatro días de anticipación las familias se reúnen a elaborar el pan, y ocho días antes a cocinar la colada morada para ponerla a fermentar en un pondo. Esta debe contener sangoracha, una planta que crece en los terrenos del lugar y que le da sabor y color.

El día previo a la celebración se pelan cuyes, gallinas y conejos, acompañados con papas cosechadas del sector. Además ‘mote casado’ (mezclado con arveja), y habas o porotos.

La cocción depende de cada familia, pues algunas preparan sus alimentos durante toda la noche del primero y la madrugada del 2 de noviembre, y otras unas horas antes de ir al cementerio.

El día de la conmemoración, las personas llegan desde muy temprano y, en muchos casos, se retiran en la noche, luego de conversar y comer alrededor de las tumbas de sus difuntos.

Tradición

° Alberto Masaquiza pertenece al pueblo Salasaka, es artista plástico y coordinador del museo de la Casa de la Cultura de Tungurahua. Cuenta que la costumbre de visitar los camposantos depende de la familia y de sus horarios, pues algunos deben ir a otras tumbas.

“Hay otras fiestas, pero no son tan importantes. El 2 de noviembre es un evento especial, porque los familiares nos reunimos para conversar. Si en algún instante tuvimos una discusión, es el tiempo para aclararnos antes de la comida”, aduce. En algunas ocasiones se puede ver que extranjeros, mestizos o completos extraños son parte de las reuniones alrededor de la tumba. “Todos los que están en el cementerio son parte de Salasaka, nosotros lo consideramos así, pues en algún momento todos estaremos bajo tierra”, dice. Asegura que, desde su perspectiva, la transmisión de estos saberes y rituales son parte de las nuevas generaciones, igual que sus padres, llegan hasta el camposanto vestidos con la indumentaria del pueblo para compartir con la comunidad.

Comida, ropa y rituales forman parte de la celebración dentro de la comunidad.

Redacción TUNGURAHUA

El Día de los Difuntos es una de las fechas más importantes para el pueblo Salasaka, ubicado en Tungurahua.

Se reúnen las familias alrededor de las tumbas de sus seres queridos, incluso, quienes se encuentran fuera del país tratan de llegar para esta época.
Los preparativos inician un año antes con el proceso de hilaje de la lana de oveja.

Esta es utilizada para el tejido de una bayeta, en el caso de las mujeres, y un poncho para los hombres.

La vestimenta es trascendental en estos días, pues los salasakas quieren presentarse impecables y luciendo sus mejores prendas.

Las mujeres estrenarán blusa, fajas, bayetas, anaco y sombrero. Los varones usarán pantalones blancos con bordados en las vastas, en algunos casos. (AVI)

Preparación de los alimentos

° Uno de los elementos centrales de esta fecha son los alimentos, pues hasta con cuatro días de anticipación las familias se reúnen a elaborar el pan, y ocho días antes a cocinar la colada morada para ponerla a fermentar en un pondo. Esta debe contener sangoracha, una planta que crece en los terrenos del lugar y que le da sabor y color.

El día previo a la celebración se pelan cuyes, gallinas y conejos, acompañados con papas cosechadas del sector. Además ‘mote casado’ (mezclado con arveja), y habas o porotos.

La cocción depende de cada familia, pues algunas preparan sus alimentos durante toda la noche del primero y la madrugada del 2 de noviembre, y otras unas horas antes de ir al cementerio.

El día de la conmemoración, las personas llegan desde muy temprano y, en muchos casos, se retiran en la noche, luego de conversar y comer alrededor de las tumbas de sus difuntos.

Tradición

° Alberto Masaquiza pertenece al pueblo Salasaka, es artista plástico y coordinador del museo de la Casa de la Cultura de Tungurahua. Cuenta que la costumbre de visitar los camposantos depende de la familia y de sus horarios, pues algunos deben ir a otras tumbas.

“Hay otras fiestas, pero no son tan importantes. El 2 de noviembre es un evento especial, porque los familiares nos reunimos para conversar. Si en algún instante tuvimos una discusión, es el tiempo para aclararnos antes de la comida”, aduce. En algunas ocasiones se puede ver que extranjeros, mestizos o completos extraños son parte de las reuniones alrededor de la tumba. “Todos los que están en el cementerio son parte de Salasaka, nosotros lo consideramos así, pues en algún momento todos estaremos bajo tierra”, dice. Asegura que, desde su perspectiva, la transmisión de estos saberes y rituales son parte de las nuevas generaciones, igual que sus padres, llegan hasta el camposanto vestidos con la indumentaria del pueblo para compartir con la comunidad.