Pregunta Ley de Plusvaía: 'Recuperar el valor de la plusvalía para la sociedad es lo adecuado'

ANÁLISIS. Juan Pablo Jaramillo, experto económico.
ANÁLISIS. Juan Pablo Jaramillo, experto económico.

CONSULTA POPULAR

PREGUNTA 4

¿Está usted de acuerdo con que se derogue la Ley para evitar la especulación sobre el valor de las tierras y fijación de tributos, conocida como ‘Ley de Plusvalía?

PUNTO DE VISTA

Juan Pablo Jaramillo, analista económico

En democracia se puede concordar o disentir. El presidente Lenín Moreno ha propuesto una consulta popular de 7 preguntas. En algunas sería positivo votar por el Sí, no obstante, en otras lo conveniente será respaldar el No. Puntualmente, conviene socialmente votar No en la pregunta referente a la derogatoria de Ley de la Plusvalia.

Esta es una ley que es positiva para la sociedad puesto que combate la especulación del suelo y el enriquecimiento de unos pocos a costa del esfuerzo de toda la sociedad. Esto, reconociendo de manera simultánea que un bien también puede adquirir valor producto de las mejoras que realiza su propietario y también producto de la pérdida de valor del dinero en el tiempo, es decir la inflación y el costo de oportunidad.

La plusvalía como su nombre lo indica es el valor adicional que adquiere un bien a lo que el mercado ordinariamente le hubiese asignado. La especulación como las externalidades provocadas por terceros, entre las que figuran las del gobierno, son la causa a la misma. Es así que un predio puede triplicar o hasta quintuplicar su valor en un corto tiempo, 1 o 2 años, fruto de decisiones de terceros financiadas por todos como que: el gobierno decida construir una carretera cerca, que se modifique el uso del suelo del mismo permitiendo que se construyan edificaciones de mayor altura, o que simplemente un predio cambie en su uso de suelo la denominación de rural a urbana.

La actual Ley de Plusvalía permite que el valor producto de la plusvalía sea recuperada para la sociedad mediante la institucionalidad del Estado, principalmente los gobiernos locales. Es así, que ley logra distinguir lo que sería la utilidad ordinaria que adquiere un bien inmueble producto del paso del tiempo o de la edificación mejoras y de nuevas construcciones, del valor producto de la plusvalía. El mecanismo que se utiliza es un impuesto sobre el valor extraordinario entre la compra y venta de un inmueble.

Como ejemplo, si una casa se compra en la actualidad en 100 mil dólares y se vende dentro de 10 años en 200 mil dólares, se entiende que dicha transacción no pagaría tributo a la plusvalía porque su ganancia cae en el margen de lo ordinario, ya que la ganancia ordinaria que reconoce la ley para este caso puntual sería de alrededor de 114 mil dólares. Esto sin contar que si mejoras se hicieron al bien la ganancia ordinaria seria mayor.

En contraposición, si dicha vivienda sin ninguna mejora realizada, duplicara su valor pero solo en dos años, es decir una ganancia del 100%, entonces sí pagaría tributo. La ganancia ordinaria en este caso en dos años seria solo de alrededor de 24 mil dólares -la franja exenta de 24 salarios mínimos y la capitalización del bien a una tasa del 7.5% anual- siendo que el impuesto efectivo a pagar sería de alrededor del 28% y no del 75% -el impuesto marginal con el que se desinforma a la población para decir que es confiscatoria- puesto que la base imponible del tributo no afecta a la totalidad del valor del inmueble, sino solo a la ganancia extraordinaria (plusvalía).

Es claro que recuperar el valor de la plusvalía para la sociedad es lo adecuado, impidiendo que unos pocos se enriquezcan del trabajo de todos. No obstante, ciertos intereses particulares con acceso a información privilegiada y que históricamente se han acostumbrado a lucrar de la plusvalía, mediante el lobby político han logrado que la derogación de la ley de plusvalía sea parte de la consulta popular que impulsa el presidente Lenin Moreno. El argumento ha sido que la construcción se ha contraído producto de la aprobación a la ley generando desempleo.

Si bien es cierto que la construcción decreció 8% en el último trimestre, esto no es producto de la entrada en vigencia de la ley en 2017. Primero, porque el sector de la construcción viene decreciendo desde el 2015.Y segundo, porque la verdadera explicación radica en que la caída del precio del petróleo desde finales del 2014 es lo que ha afectado a la economía ecuatoriana, golpeando con mayor fuerza al sector de la construcción que es bastante pro cíclico. Prueba de esto, es que de 2015 a 2017, en el vecino país Colombia, que también es exportador de petróleo pero que no ha reformado su Ley de Plusvalía, también reporta una fuerte caída del sector de la construcción que no puede ser atribuido a la Ley de Plusvalía sino a su ciclo económico producto de la dependencia del petróleo.

Por lo expuesto, es que resulta conveniente votar NO a la derogación de la ley de la plusvalía. Puesto que el presidente Lenin Moreno se equivoca cuando ciertos gremios de la construcción acostumbrados a tener excesivas utilidades, las cuales pasaron de 70 millones de dólares en 2006 a 563 millones de dólares en 2016, lo han convencido en función de sus intereses particulares y minoritarios de que la Ley de Plusvalía es lo que ha afectado al sector de la construcción. Votar por el NO a la derogatoria de la ley de plusvalía es lo que permitirá que las personas que aún no tienen vivienda puedan acceder a vivienda barata en el futuro, impidiendo así que las prácticas especulativas encarezcan el suelo más allá de las fuerzas del mercado.