Chile pasó de ser un país de acogida a vía de escape de migrantes

RECHAZO. Aunque no es una situación generalizada, parte de los chilenos asocian erróneamente la llegada de extranjeros con el aumento de la criminalidad.
RECHAZO. Aunque no es una situación generalizada, parte de los chilenos asocian erróneamente la llegada de extranjeros con el aumento de la criminalidad.

El saqueo y quema del campamento de extranjeros en Iquique, el fin de semana, muestra parte de la situación que viven hoy los migrantes en Chile.

Redacción SANTIAGO

Las imágenes de la marcha anti migrantes que terminó el fin de semana en el saqueo y quema de un campamento de extranjeros en Iquique (norte) muestra una imagen de Chile diferente a la acostumbrada.

El país acogió en los últimos 20 o 30 años a una gran cantidad de migrantes. La estabilidad política y económica que alcanzó tras el fin de la dictadura lo convirtió en un lugar atractivo para habitantes de otros países de la región.

Por ello, no es extraño que gran parte de los cerca de 20 mil haitianos que han intentado ingresar a los EE.UU. en las últimas semanas lleguen desde Chile y no desde Haití.

Se trata de personas que han huido de su país desde hace dos décadas debido a la sucesión de desastres naturales, aumento de la violencia e inestabilidad en general. Entre 2019 y 2017, según datos del Servicio Jesuita de Migrantes (SJM), recogidos por la cadena BBC, la cifra de ingreso de personas de la nación caribeña a Chile pasó de 988 en el primer año a 110.166 en el otro, Y algo similar ha ocurrido con los venezolanos.

Cambio de paradigma

Esas personas, sin embargo, ahora fijan sus ojos en los EE.UU. ante los cambios en la situación chilena, debidos a un desmejoramiento de las condiciones de vida, en general, pero agravado por la pandemia de la Covid-19.

Para 2019, la tendencia de llegada masiva de haitianos se revirtió por primera vez en casi una década. 10.478 partidas frente a 7.515 ingresos. Y en lo que va de 2021, según cifras del Gobierno, 3.500 haitianos se han marchado.

Ello obedece a dificultades para encontrar trabajo, problemas para renovar su permanencia legal e incluso la aparición de sentimientos de rechazo hacia los migrantes en parte de los chilenos.

Carlos Figueroa, integrante del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), le dijo a la BBC que lo ocurrido en Iquique es el reflejo de un mal manejo estatal del tema de la migración a partir de 2017. Y que esto ha llevado a una asociación simplista de los migrantes con la criminalidad; esto a pesar de que no más del 3% de extranjeros se ve involucrado en actos delincuenciales, por debajo de los indicadores chilenos.

Situación que, asegura Figueroa, debe corregirse antes de que se salga de las manos. (LAG)