El ‘cruising’ llega a Quevedo

J. CRUISING
El sexo en público se convierte cada día en una tendencia. Las citas pueden concretarse en redes sociales.

Las relaciones sexuales con desconocidos y en lugares abiertos causan adrenalina, según quienes las practican.

El tener sexo en lugares públicos es una actividad que poco a poco se la empieza a realizar, por lo tanto es una ‘tendencia’ que cada vez genera más adeptos.

Esta práctica es conocida como ‘cruising’, son quienes pertenecen a la comunidad Glbti (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexo) quienes la ejecutan en su mayoría, tiene como principales características que es anónimo y directo, habitualmente privado, aunque se lleve a cabo en sitios como baños públicos, estaciones, parques, bosques y otros lugares desolados.

En ciudades grandes como Guayaquil se efectúa en parques como Samanes, en los baños de centros comerciales, en el Malecón y hay reportes que en los patios de universidades.

Mientras que en cantones como Quevedo hay quienes dicen que lo han practicado en el Malecón, en las riberas del río, en los alrededores de parques como el de La Amistad o ‘Bocachico’ (parroquia San Camilo) e incluso en los baños de un prestigioso centro comercial.

Para concretar la cita se usan aplicaciones como Grindr, Manhunt, Bender, Planeta Romeo, entre otras páginas utilizadas en su mayoría por gays.

También se ha creado una web exclusiva donde los usuarios reportan sobre las condiciones actuales de determinados sitios para dar rienda suelta a su sexualidad. Allí se suben fotografías, comentarios y se hacen invitaciones para armar el ‘ligue’.

Lo hicieron en el Malecón y en el parque

‘Amanda’ es homosexual, labora en una peluquería ubicada en la avenida 7 de Octubre. Recordó que hace dos meses en una noche concretó un encuentro con un hombre que conoció a través de Grindr.

Por temor a que el desconocido le robe en el local o en su cuarto, optó por citarlo en las afueras de una entidad bancaria que está cerca al Parque Central, de allí bajaron al Malecón y junto a las barandas del puente que lleva a San Camilo tuvieron sexo.

“Pasaban carros, pero como iban rápido ni cuentan se daban que estábamos allí, o al menos eso creo (…) la adrenalina que se siente es única y el morbo se siente rico”, dijo ‘Amanda’.

Otra amiga de ella, a quien prefiere que le llamen “Brisa”, expresó que también ha practicado el ‘cruising’ pero en el parque ‘Bocachico’, justo detrás de un árbol.

“Nos vio una pareja, se asombraron pero siguieron de largo, pero en verdad es que no nos importó”, agregó ‘Amanda’.

Afirmó que tiene otras ‘conocidas’ que le contaron que han tenido sexo a orillas de río y que uno que otro curioso los vio y en los baños de un centro comercial, pero solo besos y caricias por las cámaras de seguridad y controles personales que allí existen.

Quien también fue testigo de una relación de este tipo fue Carlos G., de profesión taxista, dijo que en una ocasión a su unidad se subieron un par de hombres en la vía a El Empalme con dirección a la vía a Valencia y en el trayecto empezaron a besarse, a tocarse las partes íntimas e incluso a desnudarse para tener relaciones sexuales. “Tuve que para la marcha, llamarles la atención y por último los hice bajar, fue una sensación muy rara”, sostuvo.

 Controles

Por parte de la Policía Nacional se informó que en todos los espacios públicos se realizan controles y operativos y que en caso de ser testigos de un caso de este tipo las personas deben llamar al ECU 911, pues aunque no es considerado como un delito no se puede atentar contra el pudor.

Carlos Goncálvez, abogado, indicó que  el sexo en público sería considerado como una falta si es que uno de los participantes fuera un menor de edad.

Allí se aplicaría lo estipulado en el artículo 172 del Código Orgánico Integral Penal, COIP.

 Artículo 172 del COIP

La persona que utilice a niñas, niños o adolescentes, a personas mayores de sesenta y cinco años o personas con discapacidad para obligarlas a exhibir su cuerpo total o parcialmente con fines de naturaleza sexual, será sancionada con pena privativa de libertad de cinco a siete años.

En internet hay una aplicación donde se da a conocer los lugares en los que se puede llevar a cabo esta práctica sexual.