La nueva infraestructura, que reemplaza la que tenía más de 50 años y estaba deteriorada, costó $728.018.
Redacción IBARRA
Este viernes, 10 de mayo de 2024, a partir de las 17:00, con un evento especial organizado por la Alcaldía de Ibarra, se inaugurará el nuevo puente en el barrio Ejido de Caranqui, el cual conecta a varias zonas de la ciudad.
La infraestructura vial, que cuenta con dos carriles, de 36 metros de longitud y 12 metros de ancho, reemplaza al antiguo puente que desde hace más de un año encendió las alertas en la ciudadanía por su grave deterioro.
Construcción con retrasos
La obra arrancó en agosto de 2023, cuando se afirmó que la construcción tomaría seis meses; sin embargo, se entregará a los nueve meses, tiempo en el cual se restringió totalmente el tránsito vehicular.
Según el registro de datos de flujo vehicular de la Empresa Pública de Movilidad (Movidelnor), en las intersecciones donde se ubica el puente, por la calle Hernán Gonzales de Saa circulan unos 305 vehículos por hora; mientras que por la Nelson Eugenio López Obando se estima que circulan 261 vehículos por hora.
Es decir, más de 550 vehículos, entre pesados y livianos, atraviesan esta zona cada hora, por lo que, según dijo en su momento Christian Vivero, director municipal de Obras Públicas, la infraestructura cumple con todas las especificaciones técnicas para soportar el gran flujo de tráfico que circula por el lugar.
Detalles técnicos
El nuevo puente consta de una superestructura conformada por cuatro vigas de acero de alma llena armada de 1,90 metros de altura por 36 metros de longitud, que se colocó empleando dos grúas de 100 y 50 toneladas de carga.
Al finalizar la construcción, el puente está conformado en los extremos por dos estribos de hormigón armado, con sus respectivas zapatas de hormigón, mientras que la superestructura se formó con las cuatro vigas de acero de alma llena armada, sobre las que se apoya una losa de hormigón armado.
Desde Movidelnor refirieron que se ha cumplido la señalización del viaducto, con brigadas de trabajo que se encargaron de pintar de amarillo los pasamanos de hormigón, como dicta la normativa, “para que la estructura sea visible tanto en el día como en la noche. Así, incrementamos la seguridad vial en el sector”.
Según los técnicos municipales, el puente antiguo presentaba fisuras, agrietamiento de hormigón y corrosión del refuerzo, “lo que dificultaba en gran escala la circulación de los vehículos livianos y pesados”.
Por este puente atraviesan dos líneas de buses urbanos, que unen diferentes barrios de Ibarra, como la ruta del sector de Turupamba y la que une al Ejido de Caranqui con Miravalle.
“La Municipalidad tomó la acertada decisión de construir este puente, que cumple con todas las especificaciones técnicas, acorde al gran flujo de tráfico pesado que circula por esta vía”.
Álvaro Castillo, alcalde de Ibarra