Yuliana Ortíz Ruano – La cultura abre caminos a la clase popular

El artista cambia su barrio con su poesía, con el rap, hace de ese lugar
ensombrecido un espacio de convivencia y tolerancia para la juventud,
en lugares que podrían ser viciados en drogas y alcohol.

Sus corrientes marinas y literarias
Yuliana, se considera una persona pragmática, manifiesta que todo es
trabajo, no ve la literatura como un deseo, ella gira en torno a lo que va
a escribir, cómo escribir, planifica, lleva agenda y bitácora, y que esta
planificación sea una hoja de ruta que no limite su creatividad.
Trabaja desde un lugar en el cual dirige su enfoque de lo que va a
escribir nutriéndose antes de una tradición literaria que no tiene que
estar dentro del canon que se enseña en la escuela o universidad sino
desde su interés personal, en su caso la literatura y filosofía del Caribe
es lo que le atrae bucear para conocer y narrar desde sus propias
vivencias.

Como isleña del norte de Esmeraldas, su infancia la vivió yendo y
viniendo en lancha desde Limones, La Tolita y Canchilamero, en ese
pequeño archipiélago, su lugar natal, hacia Esmeraldas. Empezó su
vida en este recorrido sobre las aguas y eso la llevó a querer explorar
aguas profundas y meterse en el manglar pantanoso en el que han
sumergido la historia, el origen de su raza.

En su lectura escolar no veía reflejada la realidad de ella y de otras
familias dentro de su mismo contexto, así nace su interés investigativo
sobre el Caribe, que comparte similitudes con el Pacífico porque por allí
fue donde empezó la Colonización y la trata transatlántica de esclavos
y toda la cultura que se deriva del Caribe llegó al Pacífico por el Canal
de Panamá y el viaje que fue dejando la gama colorida de los negros
africanos en todo ese recorrido cruel, doloroso y libertario de la
experiencia Caribeña.

La experiencia Caribeña le hace mucho sentido, y observa que está
presente en las obras de otros escritores Esmeraldeños como: Julio
Micolta, Antonio Preciado, Argentina Chiriboga y Jalisco González, esta
literatura negra que bebe mucho de esta posibilidad del territorio y de la
reorganización de estás estéticas que ya están puestas en el paisaje.

Mediadora de lectura
Discrepa con la falsa creencia que circula de que a los ecuatorianos “no
les gusta leer”, le resulta extraño que se diga esto porque publicó su
novela y se agotó en menos de un año. Ecuador es un país que lee y si
se lo comunica, si se genera interés, no será considerado como aburrido
o que es para cierto grupo de personas.

En los talleres que ha llevado como Mediadora de lectura en lugares
vulnerables, una lectura ha sido catártica (beneficio psicoterapéutico, de
sanación, emocionalmente positivo; descarga; purga emocional) y
genera una toma consciente de alfabetizar el mundo interno y externo
de quienes participan.

Sin ir muy lejos, acaba de llegar de Cali y con mucho asombro comparte
que en Cali Colombia casi todos los barrios tienen una biblioteca pública
y un mediador de lectura, existen los museos de las memorias, y como
el conflicto armado se conoce en obras de arte, escritura en torno a ello
y reduce el nivel de violencia, enfatiza en que no ha desaparecido la
violencia, pero sí se reduce en un alto porcentaje.

Cree que en Ecuador faltan políticas públicas que den lugar a una
infraestructura que ampare el desarrollo de la lectura. Lo que falta para
que un barrio, una comunidad, un país se sensibilice es abrir la lectura
como posibilidad de ir a otras historias que inspiren, recalca que hay
obras para todo, para comprenderse, para comprender, para sanar, ver
realidades compartidas y mejoradas, lectura para cuestionarse.

Dependiendo del libro que llegue a tu vida, la literatura te puede mostrar
tu propia ruta.

No es un discurso positivista
La lectura cambia vidas, en Brasil hay espacios de cultura, muchos
escritores negros, batucadas, saraos (en Brasil es un encuentro de
personas interesadas por la literatura donde se mantiene un
micrófono abierto para quien quiera recitar, leer y/o compartir un
texto con los asistentes).

Como migrante del Norte de Esmeraldas, la literatura le ha abierto
caminos a muchos lugares que nunca imaginó, y tener amigos
entrañables.

Yuliana Ortiz Ruano es Licenciada en Literatura con mención en Artes y
Escritura. Docente de investigación de la Universidad de las Artes de
Ecuador. Ha publicado en poesía Canciones desde el fin del mundo
(Libero Editorial, Madrid, 2021) y Cuaderno del imposible retorno a
Pangea (Ediciones Libros del Cardo, Valparaíso, 2021 – Recodo Press,
Quito, 2021 – Amauta & Yaguar, Buenos Aires, 2022). Seleccionada en
el Translator Choice II del Festival de Literatura Latinoamericana
LATINALE, organizado por el Instituto Cervantes de Berlín. Fiebre de
carnaval (La Navaja Suiza, Madrid, 2022) su primera novela, ganó el
premio IESS Primo Romanzo Latinoamericano en Italia este 2023.

Ganadora del Programa Internacional de Escritores en Residencia de
Granada 2023. Con el libro de cuentos «Litorales» publicado por Recodo
Press en 2023, ganó los fondos IFCI del Ministerio de Cultura de
Ecuador. Su obra poética ha sido traducida al portugués, inglés y
alemán.

Autor:
MKVQ