El Cuerpo de Bomberos señaló varias observaciones a la terminal, su gerente explica que cuentan con todo lo reglamentado y por ello se evitó una tragedia mayor.
Dos de las mangueras reglamentarias con un alcance de 15 metros sobresalen en los andenes de la Terminal de Buses de Esmeraldas, que hace ocho días presenció el incendio de una unidad intercantonal de Transportes Quinindé, número 70.
Gilmar Palomino, jefe del departamento de Prevención del Cuerpo de Bomberos de Esmeraldas, explica que la terminal presentó una serie de observaciones en el mes de febrero para la obtención de los permisos, por lo que se le otorgó un plazo de seis meses para remediarlo y en agosto tendrá una nueva inspección.
Palomino desmiente que la extensión de las mangueras no haya sido suficiente, pues las mismas están normadas, lo que sí presentó en la observación es la instalación de un tercer cajetín contraincendios en los andenes de buses, lo que permitiría contener emergencias similares a futuro.
Observaciones
A ello le sumó que la bomba de agua no sería la óptima, teniendo en la actualidad una de 13 o 14hp, cuando lo reglamentado es de 16hp. Además, que la presión está dividida entre los cajetines, los baños y otras conexiones, por lo que recomendó que exista una bomba única para los gabinetes contraincendios.
La normativa INEN, NFPA, indica que debe haber una cisterna de 16 a 13 metros cúbicos, dejando tres de ellos para el área a consumir y lo restante, al menos 10 m3, para la bomba contraincendios. Palomino explica que la terminal sí cuenta con esto, pero no con la bomba necesaria.
“Lo primordial que deben tener, es un tercer cajetín en los andenes, cambiar la bomba y extintores, claro estos sí tienen, pero como vieron ese día, no funcionaron porque no sabemos dónde están recargándolo, pero eso sí, deben hacerlo en una empresa certificada. Y si no cumplen con estas indicaciones pueden ser sancionados”, puntualizó.
Respuesta
César Romero, gerente de la terminal ‘Green Center’, dijo que cuentan con un plan de contingencia aprobado, que desconoce las observaciones, pues si existiesen no se le hubiera otorgado los permisos y que la bomba está operativa y los cajetines funcionales. Sin embargo, no se cierra a mejorar la capacidad de la bomba que debe ser determinada por un experto.
Reconoce las falencias de aquel día, y que entre ellas reforzará las medidas de seguridad, de reacción y de coordinación para mejorar en una eventual emergencia. Rescata que su personal actuó de la manera más eficiente con los implementos que tenían a la mano.
“Me pregunto, por qué quieren satanizar a la terminal terrestre, los controles a los buses se deben hacer por la autoridad competente, exigencia de los equipos de seguridad, estado mecánico y seguridad de las unidades, porque también hay responsabilidad de una unidad cuando transportan pasajeros”, señaló Romero, ante las críticas de usuarios a la terminal. (JSG)