Glosas petrificadas

CARLOS CONCHA JIJÓN
CARLOS CONCHA JIJÓN

Resulta interesante y de gran valor especialmente para el estado, que el legislador Fernando Villavicencio luego de incursionar en el periodismo investigativo, haya alborotado un avispero o tal vez un enjambre de abejas africanas, al visualizar un gran número de glosas que podrían estar contaminando a un número considerable de legisladores honorables de la patria. Las glosas que por supuesto no han sido desvanecidas reposan por algún tiempo en el congelador.

Me parece que el trabajo realizado por el legislador es legal y se encuentra revestido de una importancia suprema a más de constituirse en un trabajo que prueba estar cumpliendo con sus funciones como mandato que otorga el ordenamiento institucional. Las investigaciones han permitido sopesar el valor de las mismas y al mismo tiempo tener pleno conocimiento que las glosas cuando son desvanecidas si es que existiese esa posibilidad no perjudican los intereses del país.

También habría que pensar en un supuesto no consentido, que malos funcionarios, con el fin de participar de una “tajada” del pastel determinen el desvanecimiento de las mismas mediante un truco de magia corrupto.

Creo que ya han existido algunas voces por supuesto destempladas, rechazando las investigaciones del legislador, actitud que considero improcedente, puesto que quien es glosado, por mandato legal, puede perfectamente desvanecerlas con argumentos legales si fuese el caso, de tal manera que no hace falta ningún “cacareo”, mas sí me parece que debe analizarse la investigación, pero no de “buenas a primeras” de una investigación realizada por un profesional del periodismo y legislador de la república.

No sería justo, ni procedente que luego de destapar glosas por algunos millones de dólares, se pretenda de manera inconsulta un juicio, que sería un tanto perverso contra aquel que ha investigado cumpliendo seriamente y apegado a la ley y sus atribuciones como legislador del estado.