Evite desórdenes alimenticios: la cara oculta de la “Industria del Bienestar”

En nuestros días el concepto del “bienestar” se volvió muy popular y de moda, a tal punto de convertirse en una industria multimillonaria, misma que promete mejorar nuestra salud y la calidad de vida. Sin embargo, este tiene una cara oculta basada en el “amor propio”.

Hay fuertes dudas sobre la industria del bienestar, aquí nacen importantes preguntas: ¿realmente “nos ayuda”?, ¿son de verdaderos sus beneficios y consecuencias?, ¿sus métodos funcionan?. Pues, vamos a analizar con mucha crítica e incredulidad algunos de los principales argumentos y puntos de vista que se presentan en relación con el bienestar y exploraremos si realmente cumple con sus promesas o si es solo una estrategia de marketing.

La ilusión del bienestar o ¿si de verdad hay beneficios?

El bienestar se ha convertido en una moda, una tendencia que nos incita a seguir dietas restrictivas, hacer ejercicio a veces en exceso y a perseguir un ideal físico poco alcanzable. Esta obsesión por el bienestar se ha convertido en una ideología que afecta nuestra salud y bienestar mental, jugando con la autoestima y distorsionando nuestro entender de lo que significa estar saludable.

El bienestar, en su esencia, se trata de mucho autocuidado y restricciones alimenticias (dietas, perder peso). Aunque los planes de alimentación saludable se presenten como una forma de cuidarnos a nosotros mismos, en realidad simplemente se trata de acercarnos a este ideal de delgadez y pureza que todos lo veíamos en las revistas de moda, y esto crea una relación tóxica con la comida y con nuestro propio cuerpo, generando sensación de culpa y vergüenza cuando no cumplimos con los estándares establecidos por la industria del bienestar. 

Los estándares de belleza
El enfoque del bienestar hablando de la pérdida de peso y la delgadez como sinónimo de salud refleja los estándares de belleza impuestos por las nuevas normas de la sociedad moderna, las mujeres han sido históricamente presionadas para cumplir ciertos estándares de apariencia física para complacer a los demás y sentirse mejor aceptadas en la sociedad.  Se venden ejercicios y alimentos saludables para los que pueden y quieren pagar, perpetuando así la idea de que ser delgada es sinónimo de ser saludable. Además, esta industria ignora por completo a las mujeres con cuerpos no convencionales y deja de lado la diversidad y la inclusión.

La secta del bienestar

El “estar bien” se ha convertido en una especie de secta moderna, en la que los adeptos siguen reglas y rituales para alcanzar la salvación física y emocional. La idea de que ciertos alimentos son «buenos» y otros son «malos» crea una relación inadecuada y crítica con la comida, generando sentimientos de culpa y vergüenza cuando se «desalinea del camino”. La mentalidad restrictiva puede llevar a trastornos alimenticios y a una relación poco saludable con la comida. La receta aquí es simple: dejar de etiquetar los alimentos como “buenos o malos”.  

Aceptar que no hay una forma única y estandarizada de ser saludable nos liberaría de esta mentalidad limitada y nos permitiría disfrutar de la comida de manera más equilibrada y saludable y de la vida misma en general. 

Ser intuitivo y aprender a escuchar a su cuerpo

Ante la obsesión por el bienestar aparece una corriente de «alimentación intuitiva» que propone un enfoque más saludable y sostenible para cuidar nuestro cuerpo físico. Inicialmente desarrollada como una terapia para trastornos alimentarios, esta práctica busca restaurar nuestra conexión con las señales internas del cuerpo, como el hambre y la saciedad.

La alimentación intuitiva no se basa en ninguna regla ni restricciones, sino en ser sensible y aprender a escuchar lo que pide y lo que necesita nuestro cuerpo, satisfacer sus necesidades actuales sin ningún esquema programado. Nadie se conoce más que usted mismo, así que hay que aprender a tener más autoconfianza y no confiar en lo que dicen desde allá donde todo es correcto. Correcto para alguien, no para ti, sé individual, siéntate libre a ser tú, con tus gustos, preferencias, el cuerpo que tienes.  El bienestar no es una maratea, se trata de disfrutar la comida sin culpa ni remordimientos, dejando esta obsesión por el peso y la apariencia física. 

Conclusión

Al parecer, el dicho bienestar puede ser una herramienta valiosa si se entiende y se aplica de manera equilibrada y consciente; es importante desafiar los estándares de belleza impuestos y buscar una definición de salud que sea inclusiva y diversa. Adoptar un enfoque intuitivo hacia la alimentación y el cuidado personal puede liberarnos de la mentalidad restrictiva que daña y permitirnos disfrutar de la vida saludable a plenitud. Recuerde que no hay una sola y única forma de obtener la salud y de ser saludable, el bienestar no debe convertirse en una obsesión que te limite y te haga sentir culpable. Escuchar a nuestro cuerpo, sus necesidades y aceptar que todos somos diferentes .

Cuidate y descubre tu propio camino, sin caer en los estereotipos y restricciones impuestas por la industria, Analízalo todo y escoge siempre lo mejor y adecuado para tí, ten maravilloso día y recuerde que a veces se puede comer un pastelito, son ricos. (TS)