Eros y Psique un amor ciego…y eterno.

Todos hemos escuchado hablar de cupido y sus dardos al amor, hoy recordaremos su historia.

Eros y Psique son parte de la mitología griega, un romance que no deja de ser fascinante y romántico para aquellos corazones enamorados, esta historia aborda la experiencia del alma inspirada por el amor, la confianza y el deseo de fundirse con el ser amado.

«Psique» es una palabra de origen griego, su traducción es “el alma humana”, por lo tanto, el personaje es su representación. Esta palabra deja como herencia universal el vocablo «psicología», la ciencia del alma. Del término Eros proviene la palabra «erotismo» que se asocia al amor pasional, en las épocas más antiguas de la cultura griega se le asocia con la fuerza unificadora del cosmos, el amor puro.; En la mitología romana se le conoce como Cupido.

Hace muchos años había un rey que tenía tres hijas muy hermosas, pero la belleza de la menor, Psique, era especial y sobrehumana, de todas partes acudían a admirarla y comenzaban a adorarla como si de una reencarnación de la diosa Afrodita se tratase.

Afrodita, celosa ante la belleza de Psique, pidió a su hijo Eros que intercediera para poner fin a semejante ofensa.

Eros (Cupido) tenía que lanzar una de sus flechas para que se enamorara del hombre más feo y ruin que existiera.

Las dos hermanas mayores de Psique ya estaban casadas y a ella, aunque le idolatraban de mil maneras, ninguno osaba pedir su mano y esto preocupaba a sus padres, por lo que acudieron al Oráculo y este predijo que Psique se iba a casar en la cumbre de una montaña con un monstruo venido de otro mundo, sus padres la llevaron hasta la cima de la montaña donde, llorando, la abandonaron.

En la cima la encontró Céfiro, quien la elevó por los aires y la depositó en un profundo valle sobre un lecho de verde césped.

Psique, agotada por tantas emociones, se quedó dormida y al despertar se encontró en medio del jardín de un maravilloso palacio con lujo y belleza inigualables.

Al atardecer, Psique sintió una presencia a su lado: era el esposo de quien había hablado el Oráculo, su voz era suave y dulce, le hacía sentirse muy bien estando a su lado; Pero en ningún momento mostró su rostro y le advirtió a Psique que, si lo veía, le perdería para siempre.

Durante el día Psique estaba sola en palacio y por la noche su marido se reunía con ella y eran muy felices.

Un día Psique sintió nostalgia por su familia y pidió a su esposo que le dejará ir a visitarlos.

Pese a advertirle de todos los peligros que corría con su partida, Eros accedió y pidió a Céfiro que la llevase a la cumbre de la montaña, desde allí Psique se dirigió a su casa, la recibieron con gran alegría pero sus hermanas, cuando la vieron tan feliz, no pudieron contener la envidia e interrogaron a Psique hasta que les confesó que nunca había visto el rostro de Eros, y es así como la convencieron de descubrir quién era su marido, mediante su plan que consistía en ocultar una lámpara y durante la noche, mientras él dormía, prenderla para así ver su rostro.

Psique volvió al palacio en el que vivía con Eros y siguiendo el plan de sus hermanas descubrió que su marido era un joven y de gran belleza.

Emocionada por el descubrimiento le tembló la mano que sostenía la lámpara, dejando caer una gota de aceite hirviendo sobre su amado; Eros despertó y, cumpliendo su amenaza, huyó para no volver jamás.

Sola, triste y desamparada, Psique estaba errante por el mundo y odiada por Afrodita, cayó en manos de la diosa, y esta la encerró en su palacio y la atormentó de mil y un maneras. Hasta le hizo descender a los infiernos en busca de un frasco de agua de Juvencia que debía entregar sin abrir.

La curiosidad una vez más se apoderó de Psique y abrió el frasco quedando sumida en un profundo sueño.

Eros sufría enormemente porque no era capaz de olvidar a Psique.

Cuando supo que estaba sumida en un sueño mágico no lo pudo soportar más, voló hacia ella y la despertó de un flechazo; después subió al Olimpo para pedir a Zeus, Dios del Cielo y el trueno que le permitiera casarse con ella, aunque fuese mortal.

Zeus se compadeció de Eros y otorgó la inmortalidad a Psique haciéndole comer ambrosía.

Aplacó la cólera de Afrodita y ordenó el casamiento de Eros y Psique, que duraría para siempre.