El día que la justicia fue secuestrada

Shakespeare Abarca Córdova
Shakespeare Abarca Córdova

El Amparo Constitucional, fue reemplazado en la Constitución del 2008 por la Acción de Protección constando en el Art. 88; establece diáfanamente que toda persona vulnerada en sus derechos, puede acudir a los jueces y solicitar Acción de Protección, para garantizar sus derechos fundamentales. En octubre de 2013, R.Correa dispuso al secretario jurídico A.Mera, quien por subsecretaría emitió una circular a todos los Jueces del Ecuador, en la que amenaza con destitución mediante el Consejo de la Judicatura, a quienes den paso a Acciones de Protección desfavorables a entidades del Estado.

Fue el más flagrante y descarado acto de injerencia en la justicia, un acto despiadado, que dejó en indefensión a todos los ciudadanos ante los abusos del poder: “La Acción de Protección, tendrá por objeto el amparo directo y eficaz de los derechos reconocidos en la Constitución, y podrá interponerse cuando exista una vulneración a derechos constitucionales, por actos u omisiones de cualquier autoridad pública.”

Al prohibir esta garantía constitucional con esa abusiva disposición, Correa podía pisotear a su antojo los derechos fundamentales, especialmente de quienes éramos sus críticos, pero estábamos a su merced en el servicio público. Ecuador se convertía en una dictadura, iban al tacho el Art. 82 sobre la Seguridad Jurídica y el Art. 76 de la Constitución sobre el derecho al Debido Proceso y a una justicia sin dilaciones, como derecho civil fundamental.

El derecho a la vida, al trabajo y a la subsistencia, son derechos fundamentales amparados en la Constitución; que en mi caso, fueron cruelmente vulnerados. Además de haber cercenado las conclusiones del sumario para justificar mi destitución, estuve en indefensión casi un año, esperando respuesta a mi apelación, que según la Ley debía contestarse en 60 días o asumirse como favorable.

Pese a esta brutal dilación rompiendo el Debido Proceso, y a lo antes expuesto, una Jueza cantonal, hoy asambleísta, rechazó mi pedido de Acción de Protección, fueron infructuosas mis apelaciones en las Cortes Provincial y Nacional, y mis alegatos ante otros entes serviles como CPC-CS y Defensoría de Pueblo, aún no entendía que todos respondían al mismo sátrapa y la razón y la ley poco importaban.

Van 9 años de lucha y lágrimas esperando una justicia que no llega, para miles de docentes ecuatorianos, que perdimos nuestro trabajo. Es indolente llamar a eso sed de venganza, es hambre y sed de justicia. Defenderemos este régimen hasta el final, pero con quienes fueron nuestros verdugos jamás habrá encuentro alguno.