¿Y dónde están las feministas?

Frente a una de las mayores crisis internacionales que se ha visto en los últimos tiempos, ‘¿y dónde están las feministas?’ ha sido una de las preguntas qué más ha retumbado en la opinión pública. No solo en Ecuador, sino a lo largo de Latinoamérica, se ha exigido al movimiento feminista una respuesta frente a la toma de un país de Oriente Medio que no pudo ser evitada ni por las mayores potencias de Occidente.

Desafortunadamente, esa discusión no solo se quedó en dichas exigencias disparatadas, sino que incluso existieron desde insinuaciones hasta deseos literales de que las feministas vayan a dicho país, Afganistán, para ser violentadas en razón de su activismo. Uno de los comentarios más espeluznantes se dio en una radio de Ecuador, donde se recreó, entre risas, el asesinato por fusilamiento de mujeres. Solo una persona de un panel de siete, emitió un comentario desaprobatorio. El resto permaneció vergonzosamente callado.

Lo grave es que este panel es un reflejo de nuestra sociedad. Y esto no debe preocupar solo a las mujeres que se consideran feministas, sino a todas. El discurso de odio contra la mujer es generalizado. Vivimos la violencia de género, en distintos niveles, día a día. Femicidios, acosos laborales, discriminación, vulneraciones a la intimidad, insultos, cosificación: en Ecuador seis de cada diez mujeres ha sufrido algún tipo de violencia. Y frente a esto no importa la postura política sino la condición de ser mujer. Todas somos potenciales víctimas frente a una sociedad que en gran parte se divide entre victimarios y espectadores que no se inmutan, y que por tanto, llegan a ser cómplices de esta violencia.

En este contexto, ‘¿y dónde están las feministas?’ es una pregunta que sugiere que una mujer debe encontrarse luchando por su vida, habiendo perdido todos sus derechos, para que su protesta pueda considerarse válida. Es una pregunta maliciosa que desconoce los distintos tipos de violencia contra la mujer y el trabajo que se hace día a día por erradicarla en todas partes del mundo -incluyendo el de las feministas en Afganistán-. Es una pregunta que solo puede venir de personas que quieren que el mundo siga siendo un lugar inseguro para las mujeres. Y eso es algo que no podemos permitir que siga sucediendo.