Del Trole al Metro

Por José Andrés Agusto

La participación de lo sensible

Miremos el concepto de la “partición de lo sensible” del filósofo francés Jacques Rancière.

Antes que nada, quisiera que nos remontemos a los años 90 del siglo XX, cuando llegó el trole a la ciudad de Quito, y luego, hagamos una reflexión sobre el comienzo del funcionamiento del metro en esta ciudad, que empezó a funcionar el primero de diciembre del año 2023.

Como punto de partida, explicaré brevemente esta noción de la “partición de lo sensible”. Rancière, así como otros académicos, hacen una relación entre la estética y la política. Asimismo, se refieren a las experiencias sensoriales y subjetivas, que se relacionan con la organización y distribución de algún espacio determinado. Si bien este término se refiere también a la participación en la vida política y a la exclusión de algunos ciudadanos para ser parte de ella, en este texto me referiré únicamente a la modificación en las experiencias sensoriales y subjetivas de las personas que vivían y viven en Quito y que fueron testigos de estos dos hechos: la llegada del trole a esta ciudad, y, 28 años después, la inauguración del metro.

El Trole

Recordemos que, ya desde hace casi cinco décadas, los alcaldes de Quito han estado buscando constantemente solucionar el problema de la contaminación y el tráfico, que era, y sigue siendo molestoso para los habitantes de esta ciudad. En el año 1988, el alcalde Rodrigo Paz empezó a planificar una línea de buses, que eran eléctricos, conectados a catenarias, y que circulaban en un carril exclusivo, para resolver los problemas de transporte de la capital ecuatoriana. Este sistema se basó en el de Curitiba, Brasil. Quito fue una de las primeras ciudades de América Latina en adoptar este sistema de medio de transporte. Cuatro años después, en 1992, se diseñó la primera línea del trole, que iba desde la estación “la Y”, al norte, y la estación “El Recreo”, al sur.

La ejecución fue compleja, pues se licitó a varias empresas: una a cargo de los carriles exclusivos, otra a cargo de las paradas y estaciones, otra de catenarias, otra de señalización, otra de semaforización, etc. Por primera vez en Quito, se instaló un sistema de semáforos inteligentes y de recaudo mediante fichas, monedas o tarjetas. Los primeros troles de Quito fueron diseñados y ensamblados en Europa. El 20 de octubre de 1995 llegó el primer trole a Guayaquil, y usando su motor auxiliar a diésel, llegó a Quito cuatro días después. El 18 de diciembre de ese año, el sistema abrió sus puertas, ofreciendo viajes gratuitos entre la estación de “el Recreo” y la estación “Plaza del teatro”. En abril de 1996, el trole llegó a la estación de “la Y”, con la flota completa, que constaba de 54 unidades. Considero relevante resaltar que esta información pertenece a un video hecho por el usuario “MrUrbanuss” en YouTube. Sin embargo, me estoy basando en este video para hacer la siguiente reflexión.

Los cambios culturales que trajo el Trole

La llegada del trole a la ciudad de Quito implicó todo un cambio cultural. En aquel entonces, los ciudadanos de Quito se subían y se bajaban de los buses en cualquier lugar. Con el trole, la noción de transporte público se modificó respecto a los cambios sensoriales y experiencias subjetivas. Es importante destacar que el trole unió al norte con el sur de una manera más rápida y eficiente. Además, se trataba de un transporte ecológico, en una ciudad que, desde el año 1978, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Este medio de transporte no emitía gases por combustión de gasolina como lo hacían los buses anteriores que transportaban a los ciudadanos a los varios sectores de la ciudad. Entonces, al principio, la gente que vivía en Quito tuvo que lidiar varios años con los arreglos que se hacían en las calles para que el trole funcione. No obstante, años después, parece que valió la pena para la mayoría, pero no para todos.

Los desafíos personales que vinieron con el Trole

¿Qué pasó con los choferes de los buses que antes funcionaban? ¿Qué pasó con los vendedores ambulantes, que viven de eso y muchas veces tienen que mantener a sus familias? A esto me refiero cuando digo que deseo aplicar la noción de Jacques Rancière en el caso de Quito. Para muchos, el trole fue una excelente opción para movilizarse. Pero para otros, el trole implicó un verdadero desafío de sobrevivencia. Quisiera que examinemos estos cambios sensoriales y experiencias subjetivas de las diversas personas que viven en esta ciudad. El trole implicó el cambio de dinámicas interpersonales, como por ejemplo con los vendedores informales. Al principio, implicó un medio de transporte más amigable con el medio ambiente, silencioso, rápido y eficaz, para unir al sur con el norte de la capital. No obstante, hubo ciudadanos que sufrieron por este cambio en la noción de “transporte público” en nuestra capital.

La construcción del trole dio trabajo a varias personas, y debemos reconocer que trajo modificaciones en la estética de la ciudad, y también en las dinámicas interpersonales, que es lo que abarca la noción de este filósofo francés.

Y, ahora, El Metro

Por último, vamos a regresar 28 años en el tiempo y vamos a reflexionar sobre el metro de Quito. La construcción fue larga y con varios obstáculos. Pero al fin fue inaugurado. Ahora pensemos: ¿Qué tipo de cambios en las experiencias sensoriales y subjetivas hay en las personas que habitan en esta ciudad? ¿Qué tipo de dinámicas interpersonales están directamente atravesadas por el funcionamiento del metro?

Personalmente, creo que aún debemos esperar un tiempo para tener una visión de perspectiva que se logra luego de transcurridos varios años luego de su inauguración y puesta en marcha de un proyecto como este. Es evidente que la estética de la ciudad está siendo modificada por las diversas paradas del metro. La estética de los lugares está también abarcada en este concepto, por el cambio de dinámicas que implican; sin embargo, quisiera invitarles a hacer una reflexión, a plantearse las preguntas expuestas en el anterior párrafo, y también pensar sobre las dos caras de la moneda. El metro de Quito es un verdadero logro para la ciudad en general; pero, también, implica un cambio en las interacciones personales, sobre todo de las personas que viven del comercio informal. Les invito a analizar con este texto las implicaciones en las relaciones sociales y en la vida cotidiana de los que vivimos en esta ciudad. Pienso que es importante ver lo que sucede “tras bastidores” en algo que, para muchos es un orgullo, y para otros es un verdadero inconveniente. La partición de lo sensible se empezará a ver, eventualmente, y con este texto, me gustaría que ustedes consideren este concepto y lo apliquen para lo que está pasando y pasará en nuestra querida Carita de Dios.