Compañeros tóxicos

Autor: Iván Fernández* | RS 81


En el ámbito laboral, interactuar con compañeros tóxicos puede desencadenar una serie de desafíos y tensiones que afectan negativamente el ambiente de trabajo y la productividad. Para evitar caer en estas dinámicas negativas y fomentar un ambiente saludable, es importante detectar las características de un compañero tóxico y adoptar estrategias adecuadas para lidiar con ellos.

En mi experiencia, he aprendido que un compañero tóxico puede presentar actitudes y comportamientos que generan conflictos, desánimo y frustración entre sus colegas. Estos comportamientos incluyen malos comentarios, actitudes negativas, desmotivación y comportamiento disruptivo. En lugar de colaborar y cooperar, contribuyen a crear un ambiente de trabajo tenso y desagradable.
La negatividad y toxicidad pueden surgir debido a una combinación de factores personales y organizativos. Las personalidades negativas y pesimistas pueden contribuir al mal ambiente laboral, pero también pueden surgir de problemas laborales, frustración, envidia o el conocido burn out. Los factores organizativos como una cultura empresarial deficiente, falta de comunicación y liderazgo inadecuado, también pueden amplificar la aparición de comportamientos tóxicos.



Desde mi experticia como doctor en prevención de riesgos laborales, profesor del área de ergonomía y psicosociología aplicada de UNIR (Universidad Internacional de La Rioja), recomiendo que los empresarios sean conscientes de las dinámicas laborales y actúen de manera proactiva. La prevención es clave. Establecer una cultura de comunicación abierta y participación, asegurarse de que las funciones y responsabilidades estén claras, y proporcionar un liderazgo eficaz son estrategias fundamentales para evitar la toxicidad en el lugar de trabajo. Además, detectar a los compañeros tóxicos y abordar sus comportamientos a través de conversaciones abiertas y límites claros es esencial para mantener un ambiente laboral positivo.
Es recomendable que, en caso de convivir con un compañero tóxico, se debe abordar la situación de manera constructiva. Comunicar las preocupaciones, expresar cómo te sientes y establecer límites esenciales para prevenir que la negatividad se contagie hacia el resto de los colaboradores. Además, animar a testigos y colegas a informar sobre comportamientos tóxicos puede ayudar a detenerlos a tiempo.
Si el compañero tóxico resulta ser el jefe, la situación se vuelve más complicada. La negatividad de un líder puede tener un impacto devastador en la moral del equipo y en la productividad. Las empresas deben actuar de manera rápida y contundente en estos casos, reubicando al líder tóxico o cambiando su comportamiento. Los líderes tóxicos tienden a generar conflictos, rotación de personal y absentismo, lo que perjudica la empresa en términos económicos y de rendimiento.
En última instancia, la prevención y el manejo de la toxicidad en el lugar de trabajo recae en establecer una comunicación abierta, una cultura empresarial saludable y un liderazgo efectivo. Desde mi perspectiva, la clave radica en escuchar a los trabajadores, definir funciones y responsabilidades claras, y abordar de manera firme cualquier comportamiento tóxico para crear un ambiente laboral positivo y productivo. Al invertir en la satisfacción y el bienestar de los empleados, las empresas pueden fomentar un ambiente en el que los compañeros trabajen juntos de manera constructiva, impulsando el éxito organizacional.
*El Autor es el Dr. Iván Fernández, doctor en prevención de riesgos laborales, profesor del área de ergonomía y psicosociología aplicada de UNIR (Universidad Internacional de La Rioja)