¿Cómo dejar de sobrepensar y enfocarse en lo positivo?

Constantemente te desplazas a través de lo que sucedió en tu cabeza, pensando en la corrección de la decisión o en tu comportamiento. Estás constantemente en una situación de excesiva preocupación y reevaluación de los problemas. Descubre qué provoca una reflexión excesiva y qué herramientas puedes usar para distraerte de la reflexión obsesiva.

El concepto de «sobrepensamiento» es un estado en el que se analiza continuamente el pasado y se hacen planes para el futuro. Los temas más insignificantes a primera vista pueden presionarte, privarte de paz y dormir,  puedes darte la vuelta en la cama durante horas, pensando en la respuesta que sería más apropiada cuando te reúnas con tus superiores hace unas semanas, o averiguar cómo irá la próxima presentación en el trabajo.

Según la psicología, las personas que piensan demasiado están constantemente obsesionadas con pensamientos o situaciones (generalmente relacionadas con el pasado o el futuro) en la medida en que interfiere con su vida diaria en el presente. Puedes perder la capacidad de pensar en otra cosa y relajarte, hasta tener agotamiento mental y depresión, hay una cartina del problema bastante grave. Mala, pero resolvible.

Si eres propenso a pensar en exceso, entonces el consejo de la serie «no te excedas» es poquito probable que te traiga alivio. Para hacer frente a todos esos pensamientos negativos en tu cabeza, necesitas aplicar una cierta estrategia que te distraiga del diálogo interno.

¿Por qué eres propenso al pensamiento excesivo?
El pensamiento demasiado intenso es una acción negativa que le puede pasar a cualquiera, pero es más probable que algunas personas piensen sin cesar en el pasado y el futuro, y si una de las siguientes afirmaciones se aplica a ti, lo más probable es que pienses demasiado y hay que hacer algo con ello:

Estás luchando constantemente con la ansiedad. Cuando estás en un estado de ansiedad, comenzarás a pensar demasiado, lo que puede alimentar aún más tu estado inquieto, creando un círculo vicioso. 

Quieres controlar todo, todo el tiempo. Las personas que necesitan un sentido constante de control sobre las situaciones y no quieren ser tomadas por sorpresa suelen ser más propensas a pensar demasiado, fijarse en cada escenario y planificar en exceso todas las posibles circunstancias imprevistas, útil, pero poco adecuado ya que resulta dañino.

Eres perfeccionista. Con esto dicho todo. Cuando te esfuerzas por lograr estándares poco realistas, piensas y pierdes constantemente escenarios de casos y eventos en los que, en tu opinión, has fracasado.

Estás luchando con pensamientos y creencias negativas. Cuando vives en un estado del «vaso medio vacío», tus pensamientos y creencias negativas se convierten rápidamente en obsesión y ansiedad. De ahí también viene este montón de pensamientos negativos en tu cabeza.

Cuando piensas demasiado, tu cerebro produce excesivamente cortisol (también conocida como hormona del estrés), que afecta el nivel de serotonina, un neurotransmisor asociado con la felicidad.

Cuatro formas de dejar de pensar en lo negativo

Es importante aprender a detener este flujo de pensamientos negativos, toma la receta:

Practicar la conciencia
Las técnicas de atención plena, como la meditación, ayudarán a superar los ataques de pensamiento excesivo. La meditación regular es un método con base científica que ayuda a limpiar la mente de los pensamientos negativos al dirigir la atención dentro de sí misma, es una práctica en la que te centras fijamente en un solo tema (observar algo, imaginar algo fijo con los ojos cerrados), y puede ayudar a liberar al cerebro de las reflexiones habituales sobre el pasado y el futuro y centrarse más en el presente.

Otro método rápido: encuentra cinco cosas en tu entorno inmediato que puedas ver ahora mismo. Luego elija entre ellos solo cuatro objetos que podamos sentir táctilmente, por ejemplo, toque una almohada suave o preste atención a la presión de su cuerpo en la silla en la que está sentado. Luego concéntrate en tres cosas que puedes escuchar, dos cosas que puedes oler (por ejemplo, aplicar crema de manos) y una cosa que puedes probar (por ejemplo, tomar algo de limonada).

Distraerse
Puede parecer una táctica demasiado simple, pero cambiar la atención a otra cosa puede distraer tu mente de una reflexión excesiva. Camina por el patio/calle/donde sea y concéntrate en las casas, pájaros, árboles, flores o los paisajes que te rodean en este paseo. Lee un libro, llama a un amigo, practica deporte o juega con niños, cualquier acción que traiga placer y distraiga de los reflejos negativos.

Una de las estrategias para interrumpir tus reflexiones excesivas es darte «tiempo para preocuparte» todos los días. Planifica un intervalo de 15 minutos todos los días cuando te permitas pensar demasiado. Y después de este tiempo, usa una distracción para ayudar a cambiar la mente. Si encuentras que estás empezando a pensar demasiado fuera del tiempo asignado, escribe una palabra clave que te ayude a volver a pensar, tal vez para ti funcione.

Desafiar tus pensamientos negativos
En lugar de aferrarte automáticamente a un pensamiento negativo y dejar que te lleve a una espiral de replanteamiento, arregla su apariencia y piensa si es un problema real a pensar o una porqueria. Filtra tus pensamientos.

Cuando surge un pensamiento negativo, uno se puede hacer las siguientes preguntas:

– ¿Se basa en hechos o son solo mis suposiciones?

– ¿Hay alguna alternativa?

– ¿Qué le aconsejaría a un amigo en una situación así?

  • ¿Este pensamiento me ayuda o me hace daño? (Y este último es lo más importante)

Deja ir al pasado

Pensar demasiado en el pasado, en lo que se podría hacer tal o tal cosa o actuar de manera diferente, cómo corregir la situación y comportarse de manera diferente. No dejes que los errores del pasado te dicten cómo vivir. Debes dejar ir al pasado y darte cuenta de que no se puede cambiar, fin.

Tenga en cuenta que cada uno de nosotros en un momento u otro puede ser propenso a una reflexión excesiva y es posible que no pueda deshacerse por completo de este hábito para siempre. Sin embargo, las prácticas de atención plena, la distracción y el desafío de tus pensamientos pueden ser útiles. T.S.