Los grandes líderes hacen que la gente sea mejor de lo que era antes de encontrarse con ellos, Cuando te enfrentas a una falta de confianza, a un mal ambiente de trabajo o incluso a un mal día, la persona con la que trabajas puede marcar la diferencia.
Si tienes el empuje y las agallas para dirigir a otros, entonces tienes lo que se necesita para ser un gran líder. Incluso si tienes dudas sobre tus capacidades, en este artículo encontrarás consejos y sugerencias que pueden ayudarte a convertirte en el líder que estás destinado a ser.
Pasión
Los grandes líderes se apasionan por su trabajo. Puede que te apasione tu trabajo o tu carrera, pero no puedes ser un líder si no te apasiona tu trabajo. Los líderes apasionados se mueven por las necesidades de sus seguidores y por los valores de la empresa. Tienen el impulso de perseguir estas cosas fuera de las horas de trabajo.
Los grandes líderes son decisivos. Deben ser capaces de tomar decisiones con rapidez y seguridad para dirigir a sus seguidores. Si eres indeciso, significa que eres incapaz de tomar las riendas cuando es necesario. Cada decisión que tomes debe basarse en lo que es mejor para tus seguidores y para la empresa en su conjunto, no sólo en lo que es mejor para ti; ser desinteresado es importante cuando se trata de ser un buen líder. Soy humilde
Los líderes que no son humildes tienen dificultades para alcanzar el éxito porque carecen de empatía con los que dirigen y a menudo tienen un ego inflado. Los grandes líderes saben que no tienen todas las respuestas y que siempre se puede mejorar; ponen a los demás en primer lugar y no esperan elogios de los demás, sino de ellos mismos. Si quieres convertirte en un gran líder, empieza hoy mismo con estos tres rasgos.
Dar ejemplo
Los grandes líderes dan ejemplo. Un líder que se compromete con la causa y lo demuestra con sus acciones inspira a sus seguidores a dar lo mejor de sí mismos.
La forma en que un líder se comporta en el día a día dice mucho sobre su nivel de compromiso con la organización y sus objetivos. Si quieres que la gente te siga, tienes que demostrarles que estás dispuesto a hacer lo que haga falta. Como líder, su trabajo consiste en dar ejemplo haciendo lo correcto, incluso cuando nadie está mirando.
La gente te admira como mentor y guía, así que cuando tomas decisiones difíciles o trabajas mucho, ellos te seguirán y harán lo mismo por el bien de su equipo.
Ser organizado
Ser organizado es un rasgo de liderazgo que tienen todos los grandes líderes. Si eres organizado, te resultará más fácil delegar tareas, establecer prioridades y gestionar tu tiempo con eficacia. También estarás menos estresado y serás más productivo.
La organización es algo más que tener una agenda: hay que ser capaz de ejecutarla. Empieza por hacer una lista de lo que hay que hacer hoy, esta semana y este mes. Enumera las tareas por orden de importancia (no de dificultad) para poder priorizarlas a lo largo del día. Asegúrate de que abordas primero la tarea más importante para que no se acumule o se encone y se vuelva demasiado difícil.
Organizarte te permitirá pensar con claridad y tomar mejores decisiones, las correctas cada vez. No deberías tener problemas para afrontar cualquier reto con la cabeza despejada y un plan organizado.
Fomenta la colaboración
Uno de los mejores rasgos de liderazgo es fomentar la colaboración. La colaboración puede ser un reto, ya que requiere que las personas trabajen juntas y renuncien a cierto sentido de propiedad sobre sus tareas. Pero lo que quizá no sepas es que fomentar la colaboración es en realidad una parte importante del liderazgo.
La colaboración permite la creatividad y la innovación cuando hay diferentes perspectivas sobre un problema. La creatividad y la innovación a menudo conducen a mejores resultados que trabajando solo porque muchas mentes se unen para resolver los problemas. Cuando pienses en cómo fomentar la colaboración, asegúrate de que creas espacios para que los miembros de tu equipo compartan ideas, estrategias y cosas buenas que han hecho entre ellos para que todos puedan aprender de los éxitos de los demás.
No microgestionar
La microgestión es un rasgo de liderazgo que a menudo se malinterpreta. No significa que tenga que conocer todos los detalles de lo que ocurre en su equipo o lugar de trabajo. En cambio, significa que debe proporcionar los recursos y el apoyo necesarios para que sus empleados hagan bien su trabajo. Cuando las personas sienten que no tienen la libertad que necesitan para hacer su trabajo, es más probable que se sientan fracasadas, lo que puede llevarlas a querer abandonar. Para evitar que esto ocurra, asegúrese de dar a su personal mucho tiempo y espacio para la productividad.
Dejar que la gente crezca en el liderazgo
No siempre es fácil reconocer cuándo las personas están preparadas para asumir más responsabilidades. Pero eso es lo que hacen los grandes líderes. Puede ser tentador centrar todo su tiempo en la tarea que tiene entre manos y olvidarse de las personas de su equipo. Sin embargo, esto no permitirá que la gente crezca. Para que los empleados crezcan, necesitan la oportunidad de probar cosas fuera de su zona de confort. Si temes que alguien no esté hecho para el trabajo, puedes darle un papel de liderazgo más pequeño y ver si prospera en él. Esto le ayudará a determinar si tiene o no lo que se necesita para el siguiente paso. Y recuerda que dar a alguien un puesto de liderazgo no significa que hayas terminado de dirigirle; sólo significa que estás dando un paso atrás para que pueda dirigirse a sí mismo.
El liderazgo es algo que se aprende, no algo que se da. Puede ser enseñado por quienes ocupan posiciones de liderazgo, pero la responsabilidad recae en la persona que está abierta y deseosa de aprender. Aquí hay cinco rasgos que pueden ayudar a alguien a convertirse en un mejor líder y eventualmente en un gran líder:
1. Ser apasionado en su trabajo
2. Dar ejemplo y predicar con el ejemplo
3. Fomente la colaboración
4. Deje que la gente crezca en el liderazgo
5. No microgestione a sus empleados (IA)