Una Asamblea que ‘desbloquear’

Quienes diseñaron la figura de la ‘muerte cruzada’ imaginaron que esta le permitiría a un Ejecutivo fuerte superar una crisis de gobernabilidad. Así podría deshacerse de una Asamblea Nacional opositora para reemplazarla por una más gobiernista. Sin embargo, en este caso, el resultado ha sido totalmente diferente. El presidente Guillermo Lasso ni siquiera se presentó como candidato y el Legislativo resultante tiene una presencia aún mayor de la principal fuerza de oposición. Pese a ello, hay que evitar caer en un pesimismo prematuro.

El presidente electo, Daniel Noboa, llegará al cargo sin el desgaste ni la resistencia que arrastra el mandatario saliente. Su partido, una de las cuatro principales fuerzas políticas en la nueva Asamblea, carece hasta el momento de la rigidez ideológica o del discurso polarizante que en su momento tuvo CREO. Esa misma maleabilidad, algo no necesariamente negativo, caracteriza en la actualidad a Construye e incluso al Partido Social Cristiano. Revolución Ciudadana, a su vez, ya experimentó durante los dos últimos años con un bloqueo intransigente desde el Legislativo—que no le valió la victoria— lo cual invita a un cambio de estrategia.

En lugar de insistir en posturas divisivas —juicios políticos, amnistías, comisiones con dedicatoria— la nueva Asamblea debe entender que hay una urgente necesidad ciudadana de reformas legales en temas como seguridad, empleo y crecimiento económico. Si los nuevos legisladores son capaces de aprovecharla como catalizador de unidad, este año y medio de transición puede ser sumamente productivo y esperanzador.