Mucho por hacer

Solemos culpar a quienes nos precedieron por habernos heredado los problemas que hoy nos aquejan. Al hacerlo, olvidamos que en muchas ocasiones ellos, en lugar de enfrentar sus circunstancias, también dedicaron su tiempo y atención a recriminar a sus antecesores. Peor aún, al dedicar insistentemente nuestra energía a remover, juzgar y rumiar el pasado, nosotros también estamos descuidando nuestra responsabilidad de asumir y remediar esos problemas del presente que en un futuro serán mucho mayores aún.

En gran parte, ese ha sido el patrón de nuestra historia: por concentrarnos tanto en el pasado descuidamos el presente y sacrificamos el futuro.

Existe un inventario prácticamente interminable de oportunidades perdidas a lo largo de los doscientos años transcurridos desde la Independencia sobre el que podríamos lamentarnos y recriminarnos. Sin embargo, hay un catálogo aún mayor de oportunidades que aprovechar en el mundo actual y de tareas pendientes para las décadas venideras. Si como sociedad podemos dirigir la atención y el debate hacia esto, habremos logrado una verdadera transformación.

Tenemos, literalmente, un país por construir —abundante infraestructura que levantar para poder avanzar hacia el desarrollo—, un inmenso potencial humano por explotar — lo que requiere mucho trabajo en educación y legislación—, y, al cabo de dos siglos, sigue pendiente aún nuestra definitiva integración a la economía y a la sociedad mundial —por medio del comercio y la cooperación—.

Nunca antes las barreras de entrada fueron tan bajas y endebles. Tenemos, en la Palma de la mano, acceso a la información, tecnología, técnicas de producción y herramientas de bienestar.

El mundo del siglo XXI ofrece oportunidades inverosímiles para nuestros antepasados del XIX, y suficientes motivos para ser optimistas.

FRASES DEL DÍA

«Gloria al vencedor, honor al vencido.”

Antonio José de Sucre (1795-1830)

«Este hierro que habéis arrebatado a la agricultura para volverlo sobre vosotros mismos, dejadlo que retorne a los campos.”

Pablo Morillo (1775-1837)