Decoro ante las emergencias

Nuestra clase política tiene una deprimente tendencia a aprovecharse de los peores momentos de crisis para cometer atropellos e ilegalidades. Pandemia de covid-19, terremoto de Pedernales, crisis bancaria de 1999, combates en el Alto Cenepa; no importa el grado de terror o incertidumbre que se apodere de los ecuatorianos, siempre asoman funcionarios prestos a saquear cuanto pueden. Frente a la potencial crisis energética y la que traería El Niño, el actual Gobierno podría preparar el terreno para recuperar la confianza ciudadana y cerrar la puerta a los posibles abusos.

A puertas de cerrar su período, Guillermo Lasso tendría que dar el ejemplo de respetar a ultranza no solo la ley, sino también el decoro. La cuestionada compra de motores por parte de Celec acaba de encender las alarmas.

En su momento se advirtió de la necesidad de dar mantenimiento al sistema eléctrico para evitar el desabastecimiento de energía eléctrica. Hoy, justifican la “urgencia” por no haberlo hecho, y se intenta solventar la negligencia con compras a dedo y presupuestos injustificados.

 Si es que el marco legal vigente obstaculiza las soluciones, es momento de transparentarlo y reformarlo, no de sortearlo.

A la vez, el Gobierno hace anuncios contradictorios  y alimenta los pronósticos de prematuro pesimismo; no alcanza a comprender que la incertidumbre causa desasosiego y embarra más el panorama político. Basta con estar, por la mala gestión, a merced de los elementos; no es necesario estar, además, a merced de aventureros o de haraganes.