La propuesta no solo busca regular la gestión de alimentos no consumidos, sino también establecer incentivos y sanciones para donantes, receptores y consumidores.
La concejala de Quito, Estefanía Grunauer, lidera un proyecto de ordenanza destinado a abordar el desperdicio de alimentos en la ciudad. La iniciativa busca vigilar y regular tanto la producción como el consumo de alimentos. También propone un control sobre las organizaciones receptoras de donaciones de alimentos.
La idea de Grunauer es trabajar en conjunto con instituciones y fundaciones para establecer normativas que permitan redistribuir los alimentos no consumidos en la ciudad.
Según la concejala, la iniciativa incluirá la creación de un censo detallado de las organizaciones que más necesitan estos alimentos, asegurando que la distribución sea efectiva y llegue a quienes más lo requieren. “Se espera que las fundaciones que tienen la capacidad de albergar a más personas, pero carecen de recursos alimenticios, puedan recibir el apoyo necesario”, aseguró.
Otro compromiso es analizar qué alimentos pueden ser redistribuidos de manera segura y cuáles deben ser desechados, evitando así que la basura siga acumulándose en la ciudad.
Esta propuesta de ordenanza involucra a organizaciones receptoras de alimentos como el Banco de Alimentos de Quito, donantes que entregarán alimentos que aún son aptos para el consumo humano, beneficiarios y facilitadores.
Control en la producción
Uno de los aspectos fundamentales del proyecto es el control de la producción de alimentos. Para lograrlo, se han propuesto una serie de medidas que incluyen:
Generación de reportes: Los actores deberán realizar un reporte periódico de medición de las pérdidas y desperdicios de alimentos.
Establecimiento de metas y objetivos específicos: La ordenanza busca que los productores de alimentos fijen metas y objetivos para reducir las pérdidas de alimentos en sus procesos.
Reducción de envases innecesarios: Se insta a reducir el uso de envases innecesarios y se promueve el empleo de tecnologías y presentaciones de envasado que minimicen las Pérdidas y Desperdicio de Alimentos (PDA) y mantengan la calidad y seguridad de los productos.
Eficiencia energética y del agua: Se exige un uso eficiente de la energía y el agua en las actividades de producción de alimentos, con una preferencia marcada por las fuentes de energía renovable.
Educación y Capacitación: La propuesta apunta a la implementación de programas de educación y capacitación para el personal de las empresas de alimentos, así como la promoción de buenas prácticas entre los clientes.
Con respecto a este control, Ney Barrionuevo de Pacto Agroalimentario de Quito, en una entrevista con LA HORA, aclaró que el Municipio debería enfocarse en crear incentivos económicos o morales para que las empresas privadas donen más alimentos. “Se ha visto en la ordenanza municipal de Bogotá, que los incentivos influyen más en las empresas que llenarlo de formularios y más papeles”, dijo.
También indicó que el Municipio, al ser una entidad estatal, está lleno de burocratización, por lo que incluirse de lleno en el Banco de Alimentos, podría generar retrasos en las entregas.
En cambio, según Barrionuevo, instituciones como el Municipio deberían proporcionar a estas organizaciones tarifas preferenciales o eliminar costos de servicios básicos, ya que para funcionar, estas entidades necesitan de luz y agua en grandes cantidades, para así poder dar el mejor de sus servicios.
Recepción de donaciones
Las organizaciones receptoras podrán acopiar alimentos donados, pero para facilitar este proceso, las entidades de ambiente y salud establecerán puntos de acopio en sus respectivas jurisdicciones.
Las donaciones serán entregadas a las organizaciones receptoras para su distribución de acuerdo a los parámetros que se establezcan en la ordenanza.
Si el proyecto es aprobado, las entidades municipales competentes se encargarán de solventar los requisitos para el acopio temporal y el transporte hasta las organizaciones receptoras.
El problema es que las fechas de caducidad de los alimentos recibidos son muy cortas para tener un centro de acopio provisional, lo que podría generar que los alimentos ya lleguen vencidos a los bancos de alimentos. (EC)
Incentivos y sanciones
El proyecto de ordenanza introduce un régimen de incentivos y de sanciones para garantizar el cumplimiento de las disposiciones.
Incentivos:
El Concejo Metropolitano de Responsabilidad Social (CMRS) otorga reconocimientos a las organizaciones receptoras, donantes, facilitadores y empresas/organizaciones que sean actores activos de la implementación. Además, podrán acceder a incentivos tributarios.
Sanciones que se plantean
Infracciones leves: El incumplimiento de obligaciones de las organizaciones receptoras será considerado una infracción leve y resultará en una multa de $270.
Infracciones graves: Se considerarán infracciones graves acciones como la destrucción de alimentos aptos para el consumo humano por parte de los donantes, la entrega para disposición final sin agotar las opciones de aprovechamiento, o la comercialización de productos donados con fines diferentes a los contemplados en la ordenanza. Estas infracciones se sancionarán con una multa de $450.
Infracciones muy graves: La reincidencia en infracciones graves se considerará una infracción muy grave y resultará en una multa de $900.
500 toneladas de alimentos se desperdician cada día en Quito.