Una salud

José Manuel Aguilar Reyes

Millones de personas en el mundo han muerto hasta la fecha, como consecuencia de una devastadora pandemia provocada por un microscopio virus de origen animal que dio el salto a los humanos, haciendo estallar por los aires, las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales de los países, desnudando, en la mayoría de ellos, caducos sistemas de salud que mostraron lacerantes diferencias de toda índole, obligando a las autoridades a revisar su contenido, adaptándolo a nuevos enfoques que acerquen más a los humanos a ser más humanos.

En nuestro país, Ecuador, la pandemia probó un naciente código de la salud, en cuya preparación se empleó muchos años, redactado a espaldas de las organizaciones gremiales de médicos humanos, veterinarios, odontólogos, ecologistas, principalmente, aisladas de su propio medio por decisiones políticas dictatoriales de turno, que amenazaron por hacerlas desaparecer, pero que por fortuna han renacido de las cenizas para reenfocar un cúmulo de leyes que responda a realidades actuales y primordialmente futuras, propias de la realidad mundial, del Estado y fundamentalmente de nuestros compatriotas.

La medicina veterinaria ecuatoriana, se encuentra con sus colegios, reencauzando su misión, coincidiendo a la ancho del país, en solicitar al gobierno actual, la urgente revisión del código de la salud, que reinserte a la veterinaria, como ciencia médica que es, a ser parte del sistema aludido; recuperar la conducción nacional de las zoonosis; dirigir el control sanitario de los alimentos; insertarse de la mano con la medicina human en la vigilancia epidemiológica de base, hoy inexistente y primordialmente provocar un cambio de paradigma, con el enfoque “One Health” “Una Salud” de prevalencia en el mundo actual, enfoque que aúna la salud humana, animal y ambiental, asegurando una respuesta integral a la problemática sanitaria del país.

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