Desde el inicio de la humanidad como tal, el hombre leído se ha preocupado de promover la importancia cultural, fundamentalmente de fortalecer la cultura de sus ciudades, y que a la postre ha sido la columna para el progreso de muchas naciones, en la actualidad observamos con mucho asombro, cómo las civilizaciones arcaicas desplegaron una cultura que marcaron de manera definitiva el desarrollo científico, político, social, de la humanidad. Ejemplo de aquellos es nuestra realidad ecuatoriana y su diversidad étnica, que hoy refleja un legado lleno de riqueza, poco estudiada, analizada y explotada.
La práctica cultural no representa ser culto, probablemente saber respetar las costumbres, tradiciones y el arte de nuestros pueblos y nacionalidades, nos puede ayudar al fortalecimiento cultural, claro ejemplo de esta particularidad la podemos observar en otros lugares del mundo, que sí han sabido valorar dichas prácticas, es necesario y urgente establecer verdaderos diálogos y procesos para fortalecer el afecto por nuestra cultura, en estas épocas la cultura en nuestro país ha perdido mucha valía, para gran parte de la población es insignificante, desconocen que la cultura es ecuménica e importante para el desarrollo de las naciones.
En nuestra localidad ,el fortalecimiento de la cultura a través de las tradiciones y costumbres de los pueblos y nacionalidades se observa con mucha preocupación, pues con el paso del tiempo este llamado “fortalecimiento cultural” sufre una especie de folklorismo y comercialización, es preocupante observar a las autoridades cantonales y seccionales de turno no planificar dentro de sus planes de trabajo la recuperación y sensibilización de un área tan importante como es la cultura, dentro de la mismas sus aportes, debilidades y fortalezas con el propósito firme y verdadero de rescatarla y así en un tiempo no muy lejano poder darle a Santo domingo de los Tsáchilas un verdadero sitial, en el campo cultural nacional, e internacional y sentirnos orgullosos de donde vamos y quienes somos.