Joffre Villalva
Se dice que el fin de la segunda guerra mundial marcó un gran reto; censurar las posiciones ideológicas y políticas que fomentaron semejante desastre y abrir una posibilidad para que surgiera nuevamente la vida en los lugares arrasados. ¿Qué se ha avanzado en ello?
La autocensura de EE.UU. nunca estuvo contemplada, la escuela neoliberal arrasa con los mercados latinoamericanos y con la economía de las poblaciones empobrecidas por sus métodos, las principales posiciones ideológicas del mundo contemporáneo han desangrado la esperanza de vida en todas las generaciones posteriores a la segunda guerra y en pueblos que ni siquiera tuvieron participación directa en tales conflictos.
Últimamente en el Ecuador, los derechos civiles que hacen referencia a los individuos, ya no logran garantizar que la vida sea posible y respetada, de ahí que se prohíben bajo “toques de queda” todas las acciones civiles ciudadanas: tachando de “terroristas” a las
agrupaciones que enfrenten a los cuerpos armados de seguridad nacional, solo así se entiende la falta de criterio al golpear y amedrentar a civiles protestantes por el “NO a la minería” en sus comunidades, podemos buscar ejemplos de luchas por reivindicaciones civiles y generaríamos indignación en los gobernantes, sin embargo nos motiva el deseo de llegar a ser mejores ciudadanos con mejores oportunidades, con condiciones espirituales y materiales que nos permitan una vida digna, no de rodillas ni como mediocres.
Históricamente todos los ecuatorianos hemos sido ultrajados por los seudogobernantes de turno, al no respetar nuestro derecho a la huelga, al someternos bajo leyes de carácter extranjero con molde en el FMI: para trabajar por horas ganando menos del básico al mes, regulaciones bancarias que generan hambre y desempleo en todo el territorio, confundiendo a los jóvenes con noticias falsas de falsa protección y especulaciones sobre futuras oportunidades laborales que no hacen más que aumentar el flujo migratorio de todos nuestros compatriotas que ganan $500 al mes o menos. Si la ciudadanía sirve de algo: ese algo debería ser oportunidades de vida digna y el ejercicio de la ciudadanía responsable ante un gobierno humano y altamente eficaz.