Las corridas de toros en Ecuador

Andrés Ojeda Sotomayor

Andrés Ojeda Sotomayor

Para suerte de los toros, la feria taurina de Ambato no se llevará a cabo este año debido a la crisis del país. La tauromaquia o corrida de toros, despierta pasiones encontradas. Desde la colonia, han sido parte de las festividades locales de algunas regiones. Sin embargo, en los últimos años, los defensores de los animales han cuestionado fuertemente esta práctica, argumentando que el sufrimiento infligido a los toros es injustificable, y que el entretenimiento humano no debe basarse en maltrato, violencia ni crueldad animal. Los protaurinos argumentan que es parte de la identidad y que prohibirla atenta contra la libertad cultural, señalando que la crianza y entrenamiento de los toros siguen estrictas normas, y que estos animales llevan vidas más cómodas y saludables que el ganado vacuno.

En el contexto internacional, varios países han prohibido las corridas de toros, alegando razones éticas y de bienestar animal. Ecuador podría considerar estas experiencias como referencia al evaluar su posición respecto a la tauromaquia. La legislación y las regulaciones podrían adaptarse para garantizar un tratamiento más humano hacia los animales, erradicando la tortura innecesaria y asegurando una vida digna para los mal llamados «toros bravos».

Esta controversia es el reflejo de una lucha que se aferra a mantener tradiciones obsoletas y no permiten que la sociedad evolucione. Hay que abrir un diálogo reflexivo que brinde soluciones en lo cultural. Un paso importante para el debate es la educación y sensibilización a través de la búsqueda de otras alternativas más compasivas con los seres sintientes. Muchas comunidades preservan la esencia popular y festiva realizando eventos similares a las corridas sin la participación de animales, eliminando el hostigamiento, y sin necesidad de lucrar a costillas de esta noble especie que no tienen voz para reclamar sus derechos.

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