La fuga de Fuks

Jaime López

Los ecuatorianos estamos sometidos, en forma diaria, a aceptar lo que nos pasa y a alimentar nuestra impotencia,   cada vez nos quedan menos auxilios donde refugiarnos, porque nuestra capacidad como que disminuye y los valores cívicos heredados de los ancestros ya no son el soporte para gritar con fuerza y decisión a la Historia y al futuro ¡con orgullo, somos ecuatorianos, carajo! Nuestro territorio está inmerso  en el comercio descarado y sin límites de los traficantes, en la acción criminal de los sicarios contratados para someternos y matarnos a discreción en  forma diaria, en frente de tu casa o a la vuelta de la esquina, sometidos además por quienes sin pudor ni vergüenza, parapetados detrás  de un escritorio adornado por una pantalla y denigrado por cualquier sujeto llamado asesor,  se suponen representantes del País porque fueron elegidos por una minoría indigna de votos, en su Provincia o en su comarca, y cada vez que se les  ocurre piensan que hay que  derrocar al Presidente, para reemplazarlo por un sujeto, igual o peor que ellos, que se dedica a forjar patrañas y mamotretos como sustentos legales para sus desvíos subjetivos. De  pronto, a estos sujetos, igualmente que  a nosotros, nos llega el informé que una ciudadana que estuvo asilada en la Embajada Argentina, evitando  que se ejecute  su prisión, luego de un proceso  debidamente cumplido, comete la fuga patrocinada por miembros de ésta embajada, y se larga a Venezuela en donde  estará contenta de su libertad, porque el  venezolano Maduro compartirá con la señora  de apellido Duarte, el regocijo que también debe embargarle al  fugado que vive en Bélgica, motivo y razón de mucho de lo que nos pasa. El Embajador de Argentina protegido por lo que la diplomacia obliga a los Países, se ha ido con el membrete de ciudadano no grato, burlándose de que el asilo diplomático no debía concederse a una ciudadana que está sentenciada por motivos penales, sino solamente a quienes demuestren ser perseguidos políticos. El sujeto de apellido Fuks tenía que someterse, por lo menos, a una catarata de huevos como se hace en un carnaval de pueblo, y su Gobierno por lo menos debe pedir disculpas diplomáticas al Ecuador y recordar lo que el Gobierno Colombiano hizo por allá el año de 1949 con el peruano Haya de la Torre, que estuvo asilado en su embajada de Lima, y no escribir una página más de aquellas que está escribiendo Argentina en desmedro de su Historia diplomática