Lograr gobernar sin un bloque fuerte en la Asamblea Nacional es un gran reto para nuestro actual presidente, ya que a pesar de que la Constitución establece un mecanismo legítimo como es la consulta popular, considerando el derecho que el pueblo tiene a ser consultado, es importante que el gobierno intente lograr una comunicación asertiva con la Asamblea Nacional, ya que eso mostrará realmente el deseo de consolidar consensos a través del diálogo, se debe tratar de avanzar en los temas conversando con todas las fuerzas políticas, no hay que negarse a hablar con ninguna ideología política, ya que una adecuada comunicación debe lograr una administración eficiente del país; es el momento que los diálogos y negociaciones sean transparentes es la oportunidad para que todas las fuerzas políticas dejen a un lado sus intereses personales o partidistas.
El gobierno deberá, promover el diálogo, pero actuar con firmeza y no dejar que los intereses de ciertos grupos primen sobre el interés del país, el bloqueo de la gestión no debería ser la respuesta ya que, aunque existan discrepancias, las mismas deben ser resueltas sin condiciones, sin chantajes y sin exigir nada que no sea el bienestar de todos los ecuatorianos.
Toda decisión tiene resultados y cada elección una consecuencia, el juego de la política muchas veces llevará al gobierno a enfrentar escenarios que superen el análisis racional, lo que hará al gobierno analizar las secuelas del camino elegido, como cuando resolvió al inicio de su gestión mantener su comportamiento coherente a su ideología de los últimos diez años.
Sin embargo, el partido de gobierno no pudo alcanzar la Presidencia de la Asamblea Nacional, ni contar con los suficientes representantes que le permitan controlar la Comisión Legislativa; es decir que de aquí en adelante cada Ley que se quiera aprobar tendrá su propio tratamiento, y se podrán formar nuevas mayorías y diferentes bloques coyunturales.