El camisetazo político

Christian Pérez Escobar

El camisetazo, término muy común en el fútbol para identificar a los jugadores que sin remordimiento pasan de un equipo a otro por recibir mejores propuestas económicas, fue adoptado también en el ámbito político cuando un político que llegó a un cargo de elección decide desafiliarse de la tienda política en la que militaba, o apoya un proyecto político opuesto a la ideología con cuyo discurso logró la victoria, a cambio de recompensas mezquinas. Como se ve, es una práctica común en la realidad ecuatoriana ya que el cálculo político gobierna las decisiones de nuestros políticos, cuando “el deber ser” es el servicio para mejorar las condiciones de vida de los mandantes.

Si bien parecería ser una jugada normal, es un duro golpe al sistema de partidos que es la base de las democracias representativas. En efecto, por esencia, las agrupaciones políticas tienen un núcleo que es su ideología, que no es más que el método para alcanzar el bien común y a partir del discurso que la rodea, captar a la militancia para que posteriormente trasciendan liderazgos con capacidad de representar a su colectivo.

Pero esto no ocurre en la realidad ya que los partidos y movimientos se han convertido en espacios de alquiler que realizan fichajes de personas con cierto grado de popularidad que tengan opción de ganar elecciones, sin importar que hayan desfilado por varios espacios sin una ideología clara, lo que da puerta abierta a que estos personajes estén tentados a cambiarse de camiseta cuando sus intereses personales pueden ser respondidos de una manera más cómoda en otro partido distinto.

Ejemplos de esto ya lo estamos viendo, donde asambleístas que llegaron al poder con un discurso progresista, ahora a viva voz señalan que apoyarán incondicionalmente la construcción de una agenda política de ideología opuesta. Es importante que se cambie esta forma de hacer política por lo que urge que estos bandazos ideológicos sean regulados en el Código de la Democracia para que nuestros políticos guarden coherencia entre sus ofrecimientos de campaña y su acción política.