​​Valentía y prudencia

Rogelio Morales Cattani

Rogelio Morales Cattani

Un funcionario público puede ser útil al Estado trabajando con honestidad, de otra forma, puede causar daños y perjuicios a la sociedad, especialmente cuando es: ocioso, ladrón, deshonesto, trinquero, grosero con la gente, egocentrista, fulero, mafioso, pedante, etc…, cualquier parecido con varios actores políticos ecuatorianos, no es coincidencia.

En un país que vive en una crisis de valores, indudablemente que se debe demostrar “valentía” para denunciar y “prudencia” para hacerlo en el momento más oportuno, porque uno o varios errores nos pueden hacer perder el rumbo. Caer en tentaciones es uno de esos errores que las mentes débiles cometen con frecuencia y, lastimosamente, son difíciles de moderar y controlar.

Un buen gobernante debe tener el suficiente talento para no desgastar a su gente, eso ha venido sucediendo los últimos años donde un puñado de malos gobernantes tienen sumido al pueblo en la desesperación, sin que avizoremos en el futuro inmediato un cambio a hechos que se han enraizado, la corrupción es uno de ellos.

Estamos a las puertas de unas elecciones claves para la seguridad nacional y tenemos un candidato que se cree “franco tirador” o Rambo, que solito puede eliminar a los delincuentes desde una terraza. Está desorientado sin darse cuenta que lo están utilizando como “chimbador”.

“Tirofijo” era un personaje siniestro que asesinó a gente inocente en la hermana República de Colombia, pero eso es otro cantar, “otra fiesta”. Nuestro “Rambo criollo” es más bien una mala copia de Charles Chaplin que con un “discurso cantinflesco” confunde a muchos, incluso a él mismo.

Al pueblo valiente y prudente no deben acosarlo hasta que se llegue a la ira popular, que una vez desbordada, no hay poder humano que detenga sus acciones, sino, hay que recordar lo que sucedió en la Revolución Francesa. 

“El talento se cultiva en la calma, el carácter en la tempestad” (aa).

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