Ruby Mena Melo
Un propósito es la intención o el ánimo por el que se realiza o se deja de realizar una acción. Hablamos de objetivos con intención de alcanzarlos.
En Año Nuevo solemos plantearnos muchos de estos propósitos, con la meta de cumplirlos, varias veces con la fe de encontrar algo mejor o ser una nueva versión de nosotros mismos.
Yo solía ser de las personas que, faltando tres días para que termine el año, escribía en una hoja los proyectos para el siguiente año, esta vez ya no lo veo de la misma forma.
Pasamos un año difícil en todos los sentidos, seguimos perdiendo personas que amamos, y lo que también es catastrófico: la economía del país no mejora.
Lo que muchos pensábamos sería “nuestro año” terminó siendo incluso peor de lo que se esperaba.
¿Y todo esto a qué nos lleva?
Tenemos que dejar de idealizar, dejar las supersticiones. Usar un color, comer cierto alimento, o decir algo un minuto antes del 2023 no cambiará nada.
Los deseos no se hacen realidad solo por pedirlos. Si no trabajamos en ellos nuestros tan anhelados “propósitos” se quedarán solo en la palabra. Queremos un cambio, y lo esperamos sentados y cómodos.
No se trata de esperar hasta cierta hora, cierto mes, cierta fecha para empezar a trabajar por lo que queremos. ¿Por qué me propongo empezarlo el 1 de enero y no hoy? ¿Por qué no a mediados de año? ¿Qué tiene de especial el nuevo año? Probablemente no sea menos ordinario que el anterior, ya que la euforia y emoción de despedir ‘el pasado’ nos hace prometernos cosas que no sucederán.
“El propósito es la cualidad que todos necesitan para hacer su trabajo bien. Aquellas personas que entienden claramente las razones de sus decisiones y acciones son las que están impulsadas por un propósito. Estas son personas que quieren que sus vidas tengan un sentido. El propósito es importante porque da sentido al trabajo y lo integra a la vida diaria” – Nikos Mourkogiannis.
Esforcémonos por lo que queremos, y no dejemos las cosas y situaciones a la suerte.