El 18 de julio de 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas, resolvió establecer como el día Internacional de Nelson Mandela, como una manera de aceptar y reconocer todos los aportes realizados por el ex presidente de Sudáfrica.
Las Naciones Unidas buscan con este reconocimiento resaltar la cultura de paz que tanta falta hace en nuestros días, pero principalmente, evocar cada una de las enseñanzas del abogado, filántropo, escritor, político, activista y pensador, conocido también como Madiba, en honor a su tribu.
Madiba, fue el primer presidente negro de Sudáfrica, en el año 1994, y recibió el Premio Nobel de la Paz en 1993 por su gran compromiso con los derechos humanos, y su vasto legado en la lucha del VIH, el racismo, la libertad política y pasión por el deporte.
En sus discursos siempre estuvo presente la protesta y el cambio que necesitan los privados de la libertad, fue muy enfático en la falta de sensibilización para esta parte de la población que muchas veces es olvidada. Recordemos que Nelson pasó casi treinta años privado de la libertad acusado de conspiración para derrocar el gobierno de turno.
A lo largo de su vida luchó por una sociedad libre y democrática, con igualdad de oportunidades para blancos y negros, dejando un legado de amor y paz que debería ser replicado por lideres y actores políticos de nuestro país y del mundo.
Es la muestra clara que los grandes problemas no se resuelven con odio, división y guerra, es la muestra clara que la unidad de los países es clave para combatir la pobreza, es la muestra clave que sólo cuando dejamos de existir dejamos de luchar.
Una de sus grandes frases, nos recuerda que el ser humano es capaz de cambiar el mundo, que varias de las problemáticas que hoy existen fueron creadas por nosotros y estamos llamados a erradicarlas: “La pobreza no es natural, es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos” Mandela.