Líder Olaya Córdova

Wagner Vélez

Wagner Vélez Torres

Eran los años 60 y una gran sequía se producía en el sur del país, lo que provocó una migración masiva de ciudadanos de la provincia de Loja por todo el Ecuador, algunos de ellos divisaron en la espesa selva que en ese entonces cubría a Santo Domingo de los Colorados y decidieron hacer su nuevo hogar en esta tierra bendita de oportunidades.

Un 02 de octubre de 1965 en el sector el Guineo de la parroquia Sabanilla, del cantón Celica nació un buen hombre a quien al ver sus gritos sonoros y rebeldes de su llanto en el nacimiento sus padres lo llamaron Líder Atahualpa.

Siempre destacó como estudiante, en su querida tierra natal aún se recuerda su nombre en las aulas del colegio Pindal en cuyo cantón vivió y estudió la secundaria. Sus estudios superiores los realizó en la Universidad Central del Ecuador, en Quito donde obtuvo el Doctorado en Psicología.

Líder es un estudioso a carta cabal, amante de las letras, claro y preciso para expresarlas mediante versos en cada uno de sus poemas. En su obra ‘Sentires del Alma’ juega con las palabras y las convierte en perfume y caricia para el alma con cierta rebeldía por la vida.

Lojano de nacimiento, santodomingueño de corazón, que con su entrega y pasión a las tareas encomendadas ha formado a cientos de ciudadanos para enfrentar la vida.

Termino esta exaltación a mi amigo, paisano y camarada de lucha recitando su poema “Cuando ya no estés”:

Cuando ya no estés buscaré tu fuego, en fogones olvidados en la campiña lejana, allá donde tus manos como la inicial chispa encendieron mis ansias, mi corazón y mi vida.

He de buscar tu fuego en cada noche fría, para abrigar mi alma que aterida camina, tras la cálida huella que dejarán tus besos y tu palabra ardiente inflamando mi sangre.

Y en ausencia de todo de atizar el fuego, para que las blancas cenizas fundidas en mi pelo fijen para siempre en mi memoria añeja el arrebato de tu alma encendiendo mi tiempo”.

Amigo Líder Olaya Córdova, tus enseñanzas y legado vivirán por siempre. Hasta siempre, hermano querido.

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