¡Se armó el despelote!

Travesía Legal
Travesía Legal

Pablo Javier Villavicencio García

Bajo el tinte de los amaneceres ecuatorianos, una figura resurge una y otra vez en el escenario político. Álvaro Noboa, quien ha desfilado en el baile de las elecciones presidenciales con una persistencia digna de Sísifo. Este hombre, eterno aspirante a la presidencia, nos invita a reflexionar sobre una pregunta insoslayable: ¿Y si le hubiésemos dado una oportunidad?.

Los escépticos dirán que Noboa es simplemente un empresario exitoso jugando a la política. Un millonario con aspiraciones de grandeza. Pero, ¿es eso realmente un demérito? ¿Acaso no requerimos de un líder con habilidades probadas en la gestión y crecimiento de grandes entidades?. En un mundo donde la economía y la política son dos caras de la misma moneda, Noboa podría ser el híbrido que necesitamos.

Este singular personaje ha demostrado una perseverancia encomiable. Ha resistido la mofa, la duda y el escepticismo, siempre con una sonrisa en su rostro y una idea en su mente: servir a Ecuador. ¿No es esa la actitud que esperamos de un líder?.

Ahora, permítanme un momento de ironía. ¿Cuántas veces hemos votado por el mismo tipo de políticos, esperando resultados diferentes?. ¿Cuántas veces hemos visto las mismas caras, las mismas promesas, los mismos resultados?. Es casi cómico, si no fuera por las vidas y el futuro que están en juego.

Sin embargo, hay una luz al final del túnel. Un rayo de esperanza llamado «y si». Y si le hubiésemos dado a Noboa una oportunidad. Y si hubiésemos apostado por un cambio, por una visión diferente. Tal vez, solo tal vez, estaríamos en un Ecuador diferente.

No estoy diciendo que Alvarito es la panacea a todos los males que aquejan a nuestro país. Lo que planteo es que, tal vez, si le hubiéramos dado una oportunidad, si hubiéramos explorado esa ruta inexplorada, podríamos estar mirando un panorama diferente.

Esperar un cambio sin cambiar nuestra estrategia es, en el mejor de los casos, una locura. En el peor, es el abandono de nuestras responsabilidades como ciudadanos. Así que la próxima vez, quizá deberíamos darle una oportunidad a lo desconocido. Quién sabe, tal vez nos sorprenda.

[email protected]