Tras un mes de escribir opinión para cada viernes, creo oportuno profundizar más aún en el análisis del entorno local e inmiscuirnos en el ¿por qué? de lo que ocurre en nuestra tierra. Pero otorguemos un matiz distinto, quizá sea momento de hablar más en la verdad, pero en la verdad del vino o “in vino veritas” y en la sanidad del agua, de lo transparente, de lo claro “in aqua sanitas” todo esto en una manifestación de libertad y lograr así escapar hábilmente del encasillamiento.
Dentro de la provincia se ha desarrollado polémica tanto a nivel de agrupaciones sociales, medios de comunicación y ciudadanía en sí por la insatisfacción colectiva ante el estado de la vía Alóag – Santo Domingo, vía que dicho sea de paso es eje logístico, comercial, turístico e incluso social. Pero, ¿Es el mal estado de la vía el problema?
Claro que no, esa es la consecuencia del problema. Todo radica en la planificación de su mantenimiento, en el monitoreo de recursos recaudados en peajes, en la adecuada asignación de presupuestos a proyectos que mejoran el eje vial, usuarios o no de la vía consideramos merecer gestión digna de imitar.
Más, ¿quién monitorea, controla, fiscaliza? Es hora de que nuestros asambleístas indaguen profundamente en el caso, que exijan la planificación financiera, de gestión e infraestructura que nuestros gobernantes tienen para nosotros. No soy fanático del paternalismo del gobierno o autoridades, pero sí muy fanático de la buena gestión por parte del político electo. Es hora ya de arrancar con resultados.
“In vino veritas” empieza a causar hastío la inadecuada gestión y aprovechamiento de recursos públicos, e “in aqua sanitas” más claro que el agua sabemos que nuestras autoridades fiscalizadoras nos están debiendo, espero cambiar de opinión con el pasar del tiempo.