Orlando Amores Terán
Evitemos el fiasco. Todo lo que haga Noboa, por inteligente y bien intencionado, será un fiasco si lo hace manteniendo la actual estructura constitucional que instauró el narco-Estado plurinacional oclocleptocrático en el país, porque nos conduce inexorablemente a la cubanización del Ecuador.
Primero, lo primero: Desarmar el narco-Estado.
Reeducar al servicio público y a los cuatro estamentos de educación, en valores cívicos, patrióticos, históricos, culturales, religiosos, éticos.
Derogar la legislación impuesta durante la década infame 2007-17. Recuperar mediante las anteriores leyes orgánicas, la autoridad y el fuero del que gozaban FFAA y PPNN.
Incorporar nuevas conductas como traición a la Patria.
Disponer auditorías a todas las instituciones y empresas públicas, comenzando por Contraloría, SRI.
Reducir y fusionar ministerios e instituciones creadas para sembrar votos.
Al mismo tiempo se debe invitarles a abandonar el país a profesores, periodistas, médicos cubanos, venezolanos, españoles; deportar delincuentes extranjeros.
Autorizar porte de armas. Sobre esta mínima base de reorganización, debe implementar las urgentes políticas sociales, económicas, de salud.
A nosotros nos corresponde apoyarle, exigiéndole que haga la Consulta para desarmar el narco-Estado. No podemos mantener la actitud servil, de aplaudir todo lo que propone, aún cuando no sea la eliminación de las funciones e instituciones creadas por el narcoterrorismo. Ello perjudica al país, porque lo deja como lo diseñaron desde el Foro de Sao Paulo en la Constituyente de 2008. Una política que no cambia la estructura constitucional narcoterrorista, es eficaz, funcional al socialismo del s.XXI, lo afianza, conspira en contra de los más altos intereses nacionales, porque no recupera la Patria que construyeron los abuelos de nuestros tatarabuelos.