Luis Intriago Luna
Hoy la patria ha entregado en sus manos el destino del país y como dice la biblia “cuando el justo gobierna, el pueblo se alegra”. La ciudadanía mayoritariamente ha confiado en su capacidad y honestidad para trabajar por los más caros intereses del país.
Presidente Daniel Noboa, le pedimos que escuche al pueblo, sobre todo a los de a pies, estos tienen consejos para usted, no menosprecie las sugerencias que empezarán a llegar a su despacho; utilice la actitud empática, no solo para intuir la necesidad del pueblo, sino para escuchar sabiamente sus propuestas y necesidades.
Uno de los graves problemas del país es la inseguridad y cómo combatirla es donde se vienen equivocando las autoridades de gobierno, judiciales y asambleístas; todos tratan el asunto a partir de la disuasión, pero no trabajan en la prevención. Pues ésta tiene su origen desde la cuna, es ahí donde se neutraliza la delincuencia, sin embargo, jamás miramos su origen.
Ya quisiéramos ver a un ministro de Educación tomando medidas preventivas, que provoquen a futuro un cambio de mentalidad en todos los involucrados del área; realizando una verdadera reforma en el pensum educativo que incluya definitivamente la enseñanza de valores humanos, cívicos y espirituales desde la fase inicial.
Por la experiencia vivida, de haber sido guiado con valores humanos, hemos soportado la tentación y evitado caer en actos dolosos; por otra parte, si los delincuentes hubieran recibido la enseñanza de valores cívicos, jamás atentarían contra el buen nombre de la República, más bien precautelarían una mejor imagen ante el mundo para facilitar que lleguen las inversiones internacionales al país, la cual genera miles de puestos de trabajo, defenderían patrióticamente al turista y al turismo protegiendo así los ingresos que se traducen en fuentes de trabajo para miles de ciudadanos.
Qué importante es prevenir el delito futuro, enseñando valores espirituales desde niño para ser ciudadanos conscientes del amor y respeto al prójimo. Hasta que venga un gran ministro de Educación que haga profundos cambios considerando estos tres ejes que son una verdadera prevención del delito, que Dios nos ampare.